Según José Luis Casero, presidente de ARHOE, "creemos que la racionalización de horarios es un factor clave para aumentar la eficacia y la productividad en el ámbito laboral. Necesitamos que nuestros sistemas de trabajo evolucionen rápidamente hacia unos objetivos de mayor calidad, y para ello es fundamental aplicar estrategias de motivación, estimular un pensamiento positivo frente a la adversidad, buscar fórmulas
que incrementen el rendimiento de los trabajadores o liberar la mente de estrés para trabajar mejor. Esto no pasa por echar horas y horas, sino por un mejor aprovechamiento del tiempo de trabajo, con una dirección eficaz que permita dichos objetivos".
Por otra parte, el presidente de ARHOE celebra la receptividad que en los últimos meses ha tenido el tema que ocupa a esta entidad desde hace más de diez años. "Aplaudimos las medidas anunciadas por las fuerzas políticas mayoritarias, pero estaremos muy atentos para que, cuando llegue el momento, estas propuestas no se queden en papel mojado y se conviertan en hechos reales". Además, informa que "a principios de año nos dirigimos al presidente del Gobierno en funciones y a los líderes de los principales partidos políticos para sugerirles la constitución de un Consejo Asesor u Observatorio de la Reforma Horaria que represente una herramienta integradora en este ámbito".
"Al dirigirnos a todos ellos, hicimos hincapié en que la reforma horaria, la promoción de horarios racionales, la optimización del tiempo, la defensa de la conciliación y la corresponsabilidad son puntos que, por fin, los
principales partidos políticos han contemplado en sus programas electorales de manera concreta, y suponen un nexo de unión para todos los ciudadanos", subraya José Luis Casero.
La necesidad de unos horarios racionales tiene como objetivos prioritarios: conciliar nuestra vida personal, familiar y laboral; aumentar la productividad; apoyar el rendimiento escolar; favorecer la igualdad; disminuir la siniestralidad; facilitar la globalización; mejorar nuestra calidad de vida; cuidar y mantener hábitos saludables; dormir el tiempo suficiente, y, en definitiva, dar mayor valor al tiempo. Todo esto pasa, ineludiblemente, por racionalizar nuestros horarios, para hacerlos convergentes con los países de economías más avanzadas.