Su práctica viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
Aunque se concentra principalmente en 29 países de África y de Oriente Medio, la ablación es un problema universal y también se practica en algunos países de Asia y América Latina. Además persiste también en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, Norte América, Australia y Nueva Zelanda.
Esta práctica ancestral, que han sufrido ya más de 140 millones de mujeres y niñas (más de 92 millones en África), tiene graves consecuencias ginecológicas, obstétricas y psicosociales. Uno de los países con mayor índice de prevalencia de la escisión es Malí, donde la tasa se sitúa en el 85%. En las regiones malienses en que trabaja Cruz Roja Española, Ségou y Kayes, la cifra es aún mayor, 92,2% y un 98%, respectivamente.
Desde el año 2000, Cruz Roja Española en colaboración con la Cruz Roja de Malí, desarrolla en las dos regiones actividades dirigidas a informar y sensibilizar a nivel comunitario de los riesgos que se generan, a fin de que se abandone esta práctica y para mejorar la salud y condiciones de vida de las mujeres y niñas víctimas de graves secuelas físicas y psicológicas de la ablación. Cruz Roja trabaja con líderes comunitarios, personal sociosanitario, profesores y las organizaciones comunitarias de base.