Tal y como se hace eco eleconomista.es, la oxibenzona (también conocida por el nombre BP-3 o benzofenona-3) está presente en más de 3.500 productos de protección solar en todo el mundo y contamina los arrecifes de coral a través de los buceadores que llevan protección solar sobre la piel y los vertidos de aguas residuales procedentes de las desembocaduras municipales y los sistemas sépticos costeros.
El estudio demuestra, asimismo, que la exposición de las plánulas de coral (crías de coral) a la oxibenzona provoca graves deformaciones morfológicas, daña su ADN y, lo que es aún más alarmante, actúa como perturbador endocrino. Esto último hace que el coral se encapsule en su propio esqueleto, lo que en última instancia provoca su muerte. Estos efectos se observaron a concentraciones reducidas de tan sólo 62 partes por billón (ppb), lo cual equivale a una gota de agua en seis piscinas olímpicas y media.
Las mediciones de la presencia de oxibenzona en el agua de mar en los arrecifes de coral de las Islas Vírgenes de Estados Unidos permitieron detectar concentraciones que oscilaban entre 800 partes por billón (ppb) y 1,4 partes por millón (ppm). Este resultado es más de 12 veces superior a las concentraciones necesarias para que se produzcan efectos negativos sobre el coral.