Más de 1.200.000 imágenes han sido tomadas por los astronautas de la Estación Espacial Internacional desde 2003, de las cuales unas 300.000 son imágenes nocturnas. Sin embargo, sólo el 1% de las imágenes están catalogadas, al haber sido hechas de manera manual por los astronautas. El catálogo se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de estudiantes, voluntarios de varios países, personal de la Universidad Complutense y la Universidad Libre de Berlín.
Voluntarios para luchar contra la contaminación lumínica
“El ordenador no es capaz de distinguir correctamente si una imagen muestra estrellas o las luces de una ciudad durante la noche”, explica José Gómez Castaño, astrónomo aficionado y experto en sistemas informáticos que colabora en el proyecto junto a Alejandro Sánchez de Miguel, doctorando de último año en el departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid. De hecho, aseguran que hay tareas que pueden realizar mejor las personas que las máquinas. Para ello, han lanzado una campaña para captar voluntarios a través de crowdcrafting.org, una plataforma que pone en contacto proyectos con personas dispuestas a dedicar un poco de su tiempo y echar una mano. Según informa El País, el primer paso consiste en diferenciar las fotografías que muestran núcleos de población vistos de noche de aquellas que contienen estrellas (lo que se realiza a través de la aplicación bautizada como Dark Skies ISS); el segundo identifica las ciudades que se observan en las imágenes (Lost at night); y en último lugar queda superponer esas imágenes en un plano para construir un mapa de luces de cada metrópoli (Night Cities ISS).
¿Por qué luchar contra la contaminación lumínica?
La contaminación lumínica causa serios problemas. Sus efectos pueden ser medidos desde el interior de tu dormitorio a cientos de kilometros. La luz destroza la esencia de la noche, la oscuridad. Los humanos tenemos un miedo ancestral a la oscuridad, pero demasiada luz produce efectos muy negativos en el ecosistema y en nuestra salud.
Las imágenes de satélite nos ayudan a medir y comparar como se iluminan grandes áreas. Con los colores de las imágenes tomadas por los astronautas, podemos estimar la eficiencia de la iluminación en muchas ciudades del planeta.
En la web del proyecto, traducida a 13 idiomas, también han colaborado otras entidades y organizaciones como MediaLab, Prado, la Red Española de Estudios en Contaminación Lumínica, el portal Crowdcrafting, la red europea de investigación Loss of the Night , la asociación Celfosc y la red AstroMadrid.