El científico y jefe de la ONG Conservation International, asegura que la búsqueda del avión perdido es “como buscar un aguja en una fábrica de agujas. Es un desecho entre miles de millones que flotan en el océano”, informa CNN. La problemática principal son los giros naturales o corrientes del mismo océano. Éstos provocan que todos los residuos se encuentren en constante movimiento, con consecuencias negativas sobre los ecosistemas marinos. "Todos los mares tienen corrientes que se mueven en giros, como los tornados. Son los giros oceánicos que se forman en distintos puntos del planeta y a medida que avanzan van vertiendo hacia centro todas las partículas y desechos que encuentran en el camino", según declaraciones de Silvia García de Oceana a BBC Mundo.
Según explica García, las normas y convenios internacionales que prohíben el vertido de desechos en los mares no están funcionando debidamente. Añade que en cada una de las cuencas oceánicas existentes hay una isla de basura, en el Índico está centrada en África y Australia. La organización ecologista ha podido demostrar estas afirmaciones a través de expediciones a estas zonas, en las cuales afirman “ni siquiera es posible investigar debido a la cobertura de basura”. En el caso de los mares, afirma que la basura no se concentra de esa manera, pero asegura que “el Mediterráneo es uno de los mares con más contaminación química del mundo”.
También el tsunami acontecido en Japón en 2011 sigue teniendo consecuencias visibles hoy en el océano. Según indica BBC Mundo, al occidente de Estados Unidos se encuentran vigas y postes de teléfono, hasta se calcula que hay “entre 100.000 y un millón de objetos grandes de madera” en esa zona, según indica el oceanógrafo del Centro de Investigación Internacional del Pacífico de la Universidad de Hawái, Nikolai Maximenko.