Francisco Pons toma así el relevo con un objetivo claro: sumar a los empresarios valencianos a esta fundación que tiene como finalidad esencial “promover el reconocimiento, difusión y respeto de los valores éticos implícitos en la actividad económica y en la calidad de las organizaciones e instituciones públicas y privadas”, recordaba.
Pons repasó su trayectoria profesional, muy ligada al mundo cooperativo y marcada por “la ética de la sencillez”. Una sencillez de la que quiere impregnar a la entidad, “hablar con palabras sencillas de conceptos profundos”. “No lo compliquemos tanto. De lo que se trata es de ser honestos, transparentes, implantar la equidad, la justicia, el compromiso, la responsabilidad, la profesionalidad y trabajar duro”.
Pons también tuvo palabras para la situación actual, ante la que se mostró esperanzado. “Tras 6 años de crisis económica estamos mejor, y poco a poco iremos mejorando, pero ya nada será como antes”. “Si miramos al pasado las opciones que tenemos ahora son muchas. Pero hay que seguir trabajando duro. Los derechos adquiridos hay que reconquistarlos día a día. Tenemos que defender la parte del Estado de Bienestar que podamos, protegiendo a los más débiles”. “Hay que construir una nueva sociedad con lo conseguido”, remarcaba el presidente.
A comprometerse con la construcción de esa nueva sociedad animó Pons a los presentes, entre los que se encontraban una amplia representación del tejido empresarial valenciano, especialmente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), de la que Pons fue presidente, como el presidente de Mercadona, Juan Roig y Pedro López, consejero delegado de Chocolates Valor; representantes de asociaciones empresariales como Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial Valenciana CEV y Vicente Lafuente, presidente de Femeval, o el director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Fransico Pérez, entre otros.
“Una nueva sociedad orientada al presente y al futuro, que arranque de derechos fundamentales que se han conquistado a lo largo de los años, pero teniendo en cuenta que todo está interconectado, que no estamos solos. Y que no hay nada seguro. La sociedad quiere seguridad, pero los empresarios sabemos que no tenemos nada garantizado. La competencia es atroz y tenemos que aprender a vivir con el cambio.”
“Tenemos que buscar el modelo de empresa ética que Europa está marcando para que otros países nos sigan”. “Construir esta nueva sociedad no va a ser tarea de unos cuantos. Pongámonos en marcha, sepamos que tenemos que reconquistar nuestros derechos día a día. Estar bien depende de nosotros”, concluía.
El acto se cerró con un emotivo homenaje a Emilio Tortosa, presidente de la fundación desde sus inicios en 1994, en el que amigos y compañeros definieron a Tortosa como “un banquero humanista e ilustrado”, “un homenot en esta terra”, “un hombre preocupado por conjugar la eficiencia con los valores”, caracterizado por buscar siempre la “innovación ética”, “un líder, nuestro líder”, un hombre con corazón ante todo, y espíritu”, que ha hecho posible que la Fundación ÉTNOR esté hoy donde está y sea lo que es.
