06/05/2013 08:00:54

Ocho puntos para gestionar la RSC en la cadena de proveedores

Ecodes da ocho consejos para gestionar la RSC en la cadena de suministro ante la tragedia de Bangladesh

En los últimos días hemos conocido las condiciones en las que se encontraban los trabajadores de la fábrica textil de Bangladesh: un edificio en manifiesto mal estado, condiciones laborales insalubres e indignas, salarios paupérrimos...

Para evitar este tipo de situaciones, Ecodes afirma rotundamente que la comunidad internacional en su conjunto debería reaccionar: los gobiernos, legislando y vigilando que la ley se cumpla; las empresas, aplicando medidas efectivas de responsabilidad social y vigilando detalladamente su cadena de proveedores; y los consumidores, primando a aquellas empresas que garantizan un correcto cumplimiento de los criterios de responsabilidad social en toda su amplitud, en detrimento de aquellas otras cuyos escándalos – como el que ahora hemos conocido – ponen de manifiesto prácticas claramente irresponsables.

El informe "La RSE en la cadena de suministro de las grandes empresas españolas", elaborado por Ecodes con el apoyo del Ministerio de trabajo e inmigración, emite recomendaciones a las grandes empresas, las pymes y los gobiernos, para que escándalos como el recientemente ocurrido en Bangladesh, no tengan lugar.

Para las grandes empresas
1. Las grandes empresas deben apoyar a las pymes en la adopción de prácticas de Responsabilidad Social Empresarial
Crece el número de empresas que exigen el cumplimiento de estándares sociales y ambientales para poder ser homologado como proveedor. Sin embargo, estos controles suelen ser percibidos de manera negativa por las pymes.

La implementación de requisitos sociales, ambientales y éticos para los proveedores no debe basarse en el control unilateral de la relación comercial por parte de la empresa contratante, sino que exige la participación de todas las partes interesadas en todos los aspectos del proceso. La adaptación de las empresas proveedoras a los estándares solicitados por las empresas clientes debe ser fruto de un proceso de diálogo y de trabajo conjunto. La medición y gestión de la totalidad de los impactos ambientales y sociales de las grandes empresas multinacionales, es decir los directos así como los indirectos, requiere un nuevo paradigma de cooperación y coordinación entre estas compañías y las miles de empresas, mayoritariamente PYMES, que integran su cadena de suministro. Los objetivos globales de RSE de las grandes empresas solo se cumplirán con un necesario apoyo a las PYMES que integran su red de proveedores. Estas inversiones en la RSE de sus empresas colaboradoras redundarán en beneficios tangibles como la reducción de costes de producción y transporte, mejoras en productividad y calidad, así como la reducción de riesgos en su cadena de valor. También puede resultar en beneficios intangibles ligados a mejoras de imagen y reputacionales.

2. El valor de la co-producción. Aprovechar la oportunidad para implementar mejoras socioambientales en el proceso de producción de los proveedores
Las grandes empresas más punteras, las que han sabido integrar la RSE plenamente en su gestión estratégica, empiezan a plantear las exigencias RSE a sus proveedores no solo como un mecanismo de seguimiento y control sino también y más importante como una oportunidad para participar en el proceso de producción, mediante la sugerencia de cambios o mejoras que beneficien a la empresa permitiéndole crear ventajas competitivas. En este caso, las grandes empresas contratantes pueden aprovechar el proceso para proponer a sus proveedores nuevas formas de entender y llevar a cabo su proceso de producción, reduciendo en la medida de lo posible sus impactos sociales y ambientales negativos. Para facilitar este proceso de co-producción las grandes empresas contratantes deben explicar la responsabilidad social a sus proveedores como un valor añadido para el proceso de producción y asegurar que los requerimientos RSE no se conviertan en una traba en las relaciones comerciales. En este entorno, las grandes empresas deben ayudar a sus proveedores a desarrollar su capacidad técnica no sólo para asegurar su cumplimiento de las nuevas exigencias RSE, sino también para utilizar el proceso como un medio para fomentar la innovación en la cadena de suministro.

3. Incrementar la transparencia de la cadena de suministro
Mientras que la transparencia informativa de las empresas en relación a sus propios impactos sociales, ambientales y económicos está claramente en aumento en buena parte debido a la adopción por parte de un número creciente de empresas de las directrices del Global Reporting Initiative (GRI) sobre informes de sostenibilidad, el reporting de las empresas sobre los impactos extra financieros de su cadena de suministro no acaba de despegar. Esto se debe a varios factores, entre los que habría que destacar la dificultad para obtener datos e información (especialmente en relación a impactos y consumos ambientales) así como la percepción que existe entre las grandes empresas de que su responsabilidad se limita a sus operaciones directas. Para paliar este déficit, la OCDE propone a los estados miembros la adopción de legislación específica que obliga a las grandes empresas a hacer pública información sobre los impactos sociales y ambientales en su cadena de suministro para exigir la trazabilidad a lo largo de todos los eslabones de sus cadenas de suministro global.

4. Reducir la incertidumbre que en muchos casos rodea los requisitos y criterios sociales o ambientales en el proceso de contratación.
Muchas pymes se quejan de las dificultades para cumplir con los criterios y obligaciones en materia de RSE impuestas por un número creciente de las grandes empresas contratantes debido a la falta de rigor, exactitud y concreción en la definición de estos requisitos. Las grandes empresas deben facilitar el cumplimiento, simplificando los requisitos y acompañándolos con unas directrices claras y concisas para permitir su fácil implementación. Asimismo y en la medida de lo posible, empresas del mismo sector de actividad deben intentar homogeneizar los criterios y requisitos sociales y ambientales en la cadena de suministro, ya que en muchos casos las pymes son proveedores de varias empresas del mismo sector.

5. Apoyar a iniciativas sectoriales y multistakeholder con el objetivo de mejorar la gestión responsable en la cadena de suministro
Aumenta cada año el número de grandes empresas que están participando en iniciativas sectoriales y multistakeholder para promover una mayor responsabilidad social, ambiental y ética en la gestión de las cadenas de suministro globales. A pesar de este buen ritmo de crecimiento aún son relativamente pocas las empresas a nivel internacional que han impuesto criterios y requerimientos RSE en su cadena de suministro. Un mayor apoyo desde el sector empresarial es necesario para promocionar e impulsar esta tendencia. La mayor especialización de estas iniciativas, enfocadas en determinados industrias o sectores de actividad está facilitando este impulso ya que permite a las empresas aprovecharse de los beneficios colectivos sectoriales al tener proveedores comunes.

Para los gobiernos
6. Fortalecer las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales
La aplicación actual de las Directrices de la OCDE para la cadena de suministro es muy limitada y, además, las consecuencias en caso de incumplimiento son mínimas o inexistentes. Los gobiernos deben recomendar la ampliación del alcance de las Directrices para profundizar más en los temas relacionados con la RSE a lo largo de las cadenas de suministro global y vincular el cumplimiento de las Directrices a la recepción por parte de grandes empresas multinacionales de subvenciones y otras ayudas públicas. Las nuevas directivas deben promover asimismo el uso de herramientas para facilitar la transparencia informativa que permitiría una más fácil incorporación de criterios sociales y ambientales de compra por parte de los consumidores.

7. Desarrollar y fortalecer legislación para facilitar la incorporación de criterios RSE en los procesos de compra y contratación pública
Las administraciones públicas pueden y deben desempeñar un rol importante en la promoción de la incorporación de criterios y requisitos ambientales y sociales en los procesos de compra y contratación por su magnitud como comprador de bienes y servicios y como ejemplo para favorecer la incorporación similar en las empresas y otras organizaciones. Legislación en esta materia debe tener en cuenta los compromisos adquiridos como miembro de la Unión Europea que exigen que cualquier revisión de las normas nacionales de contratación que se lleve a cabo debe apoyar y promover la meta común de impulsar el desarrollo más sostenible.

Para las pymes
8. Aprovechar este incremento en los requerimientos sociales y ambientales para implementar mejoras en su estrategia y sistemas de gestión
Una respuesta natural de la pymes a esta tendencia de trasladar requerimientos sociales y ambientales a la cadena de suministro es quejarse de la carga difícil que supone cumplir con estas nuevas obligaciones sin a veces la necesaria formación, conocimientos ni recursos (económicos y humanos) para llevar a cabo el proceso de implementación. Aunque no les falta razón, irá cogiendo más fuerza en los próximos años esta tendencia, por lo que se aconseja a los directivos de las pymes que asuman este reto como una oportunidad para implementar mejoras en la gestión estratégica y operativa de sus riesgos sociales y ambientales que no harán sino crecer en los próximos años. Si se implementan correctamente, estas mejoras redundarán en reducciones de los costes de producción (mayor eficiencia en el uso de materiales y recursos naturales) así como mejoras en la utilización de recursos humanos y efectos positivos reputacionales. Asimismo permitirá a la empresa mejorar sus opciones en concursos y procesos de contratación en donde criterios sociales y ambientales ganan en importancia cada año.

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