Según informa Intelligence & Capital News, los únicos referentes de casos similares son en Francia y Gran Bretaña, aunque la cuestión de la regulación de la RSE, siempre polémica, ha sido defendida por organismos internacionales de la talla de las Naciones Unidas, que aboga incluso por su obligatoriedad. En el caso de Dinamarca, los informes y memorias de las compañías están obligados a incluir las políticas de la compañía sobre RSE o sus inversiones socialmente responsables, la forma en que tales políticas se aplican en la práctica y los resultados obtenidos, así como las expectativas de las gerencias para el futuro con respecto a la RSE y su inversión. El texto legislativo- aprobado por una gran mayoría del parlamento danés- fija esta obligación tanto para las compañías (públicas y privadas) como para los inversores públicos.
El informe de evaluación presentado por el Gobierno danés es positivo, ya que según este recoge, el 43% de las empresas informó sobre RSE por primera vez después de la promulgación de la ley, y casi la totalidad de las compañías a las que afectaban las nuevas exigencias (un 97%) cumplieron con el requerimiento. Asimismo, el informe destaca el hecho de que un 91% de las empresas reporta sus políticas y acciones, mientras que sólo el 37% comparta los logros y resultados de dichas acciones.
Parece que el ejemplo danés empieza a cundir en el resto de Europa: el Gobierno alemán anunció esta semana el lanzamiento de un nuevo plan de acción de RSE destinado a que las empresas incluyan el principio del desarrollo sostenible.