La planta, situada en la localidad de Shenzhen y propiedad de la compañía taiwanesa Foxconn, emplea a 400.000 personas y se encarga de fabricar teléfonos móviles para Apple y otras compañías de primera línea. La visita ofrecida a los medios de comunicación es un esfuerzo de la empresa para demostrar que está tratando de resolver el problema.
El presidente de la compañía filial, Terry Gou, fue el encargado de llevar a cabo esta visita guiada. Gou, uno de los hombres de negocios más famosos de Taiwán, preparó un recorrido por las piscinas, bancos y las tiendas que disponen los empleados para relajarse.
Desde la empresa afirman que no se trata mal a los empleados, pero los sindicatos de Hong Kong no están de acuerdo con esta sentencia. Según ellos, los turnos son muy largos y los jefes imponen un ritmo y una disciplina militar a los trabajadores.
Declaración de no suicidio
Ahora los periódicos chinos afirman que la compañía ha obligado a los trabajadores a firmar acuerdos declarando que no se van a suicidar. Además, se han puesto redes de protección debajo de todos los grandes edificios para impedir que acaben tirándose desde lo alto.
Asimismo, también se solicita a los trabajadores que acudan a recibir tratamiento psiquiátrico si sus jefes lo consideran necesario. Esto preocupa a muchos de ellos porque temen que puedan ser encerrados en manicomios o instituciones si desfallecen delante de sus compañeros o jefes.
Sin embargo, la compañía sostiene que, a pesar de la mala prensa, más de 8.000 personas solicitan trabajar para la firma cada día.
