Reportaje

medioambiente

Las empresas caminan hacia una economía baja en carbono

18/01/2016 El pasado mes de diciembre la Conferencia sobre el Cambio Climático de París acabó con un acuerdo unánime. Los 196 países participantes acordaron establecer el objetivo de lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga por debajo de los dos grados centígrados y se comprometieron a “realizar esfuerzos” para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5ºC en comparación con la era pre-industrial. Para lograr este objetivo las empresas tienen un papel destacado que permita caminar hacia una economía baja en carbono.

La empresa juega un papel clave en la medida en que los nuevos desafíos sociales y medioambientales derivados de un contexto de economía baja en carbono implican riesgos y oportunidades que las organizaciones deben gestionar para poder obtener beneficios sostenibles en el largo plazo y mantener su licencia para operar. “Muestra de ello es la reciente aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en los que por primera vez se llama a la comunidad empresarial a involucrarse en primera persona, o la cumbre COP21 de París, en la cual el sector empresarial se ha volcado estableciendo compromisos en materia de lucha contra el cambio climático a través de múltiples iniciativas y plataformas”, afirma Javier Perera, director general de Recursos de Enagás.

Además, el Foro Económico Mundial Global Risk edición 2015 concluye que el impacto del cambio climático se encuentra entre los principales riesgos sistémicos para las empresas, junto con el riesgo real en la escasez de agua, la seguridad alimentaria y los riesgos sociales. “Por lo que la estabilidad del clima es fundamental para asegurar los ciclos de agua y alimentos en el planeta. La forma en que producimos y consumimos alimentos tiene un gran impacto en el clima y forma parte de la responsabilidad de las empresas actuar e integrar en sus procesos criterios que vayan dirigidos a la minimización del mismo”, asegura la responsable de Desarrollo Sostenible de Danone en España, Esther Sarsa.

“Las empresas somos uno de los principales actores en la lucha contra el cambio climático y es nuestra obligación ser exigentes con la forma de realizar nuestras actividades, para contribuir a tener una sociedad más sostenible. No vale con ser buenos, sino que tenemos que ser mejores, lo que se traduce en estar siempre a la vanguardia, buscando tecnologías, procesos y sistemas más eficientes, que contribuyan a mejorar el medioambiente”, afirma el director general de Tecnología e Innovación del Grupo CLH, Basilio Navarro.

En este sentido, Pedro Ruíz Rodríguez, especialista en Sostenibilidad Ambiental de Nestlé España, destaca que “el sector industrial es el que mejor está haciendo los deberes en lo que se refiere a la implantación de proyectos que suponen ahorros de energía y disminución de emisiones de CO2, tanto por razones medioambientales como por razones económicas, puesto que el 41% del gasto de la industria corresponde a costes energéticos”.

En esta línea también se posiciona Repsol, que considera que el sector industrial y, en concreto el del Oil & Gas, debe formar parte de la lucha contra el cambio climático. Con este convencimiento, a principios del año 2014 se puso en marcha la iniciativa Oil and Gas Climate Initiative (OGCI), de la que Repsol forma parte, organización que agrupa a diez de las compañías del sector más importantes del mundo que suministran una quinta parte de la producción mundial del gas y el petróleo y casi el 10% de la energía mundial. “Repsol, junto a las compañías que formamos parte del OGCI, apoya el objetivo conjunto de limitar a 2ºC la subida de la temperatura media global y, para ello, vamos a continuar coordinando nuestras acciones e intensificando nuestras inversiones para contribuir a la reducción de la intensidad de los gases de efecto invernadero. En esta línea, apostamos por una mayor eficiencia energética en nuestras operaciones, por una contribución al aumento de la presencia del gas en el mix energético mundial y por profundizar en el desarrollo de la captura y almacenamiento del CO2, entre otras acciones”, asegura el gerente de Gestión de la Energía y Carbono de Repsol, Antonio López Rodríguez.

Otro sector que puede jugar un papel clave en la lucha contra el calentamiento global es el de las Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información. “Aunque el impacto ambiental de nuestro sector es moderado –afirma la directora de Sostenibilidad y Gestión de Intangibles de Telefónica, Geert Paemen, es mucho lo que podemos hacer para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, con nuestros servicios digitales como motor. Según el estudio SMARTer2030, gracias a los servicios TIC aplicados a otros sectores se reducirían en un 20% las emisiones globales para 2030, manteniéndolas como en 2015”. También aporta cifras de ello, el manager de Sostenibilidad y Calidad de Vodafone España, José Manuel Sedes, al mencionar que “las tecnologías móviles pueden reducir en 113 millones de toneladas las emisiones de CO2 y generar un ahorro en el consumo energético de 43.000 millones de euros en Europa para el año 2020”, según las conclusiones de un estudio elaborado por Vodafone, en colaboración con la consultora Accenture, titulado “Telecomunicaciones y CO2”.

Pero la responsable de RSC de Mutua Madrileña, Conchita Navarro Atiénzar, considera que no solo las entidades que desarrollan su actividad en sectores con alto impacto en el entorno, como el energético o químico, deben incluir el cuidado del medioambiente como hito principal de sus políticas de RSC. “Todas las empresas, independientemente de nuestro sector, debemos implicarnos, ya que, en mayor o menor medida, todos podemos ser más eficientes en cuestión de gasto energético y podemos optimizar el consumo de recursos naturales”, afirma.

Precisamente BBVA también comparte esta filosofía y Vicente Herguido, Facility Management, Critical Services & Sustainability director de BBVA, afirma que: “En palabras de nuestra Dirección, las empresas del siglo XXI deben comprometerse con la construcción de una nueva sociedad más sostenible. Por ello, BBVA forma parte del Grupo Español de Crecimiento Verde, una plataforma de colaboración público-privada, coordinada por el Ministerio de Agricultura, alimentación y Medio Ambiente, para avanzar conjuntamente en la lucha contra el cambio climático y hacia una economía baja en carbono”.

En mayo, el Grupo Español de Crecimiento Verde presentó la Declaración de Barcelona en el marco de la XII Carbon Expo. El documento recoge diez recomendaciones para que se incluyan en todas las políticas económicas de forma que se cree el entorno adecuado para que las potencialidades de la economía baja en carbono se transformen en crecimiento económico y de empleo.

La importancia de la cadena de suministro
Las empresas son conscientes de que para que sus esfuerzos en materia de eficiencia energética y ahorro de recursos no caigan en saco roto es necesaria la implicación de sus respectivas cadenas de suministro en el desarrollo sostenible de la actividad. Por este motivo, la mayor parte de las empresas han implantado criterios de sostenibilidad en sus procesos de compra. Es el caso de Popular, que tal y como explica su directora de Responsabilidad Corporativa, Beatriz Gómez- Escalonilla, dispone de un “Código de Conducta de Proveedores, documento donde se establecen los principios de actuación de la cadena de suministro y recoge el compromiso firmado por cada proveedor de cumplir con la legislación vigente en materia medioambiental”.

Otra manera de hacer partícipe a la cadena de suministro en actuaciones para combatir el calentamiento global es involucrarla para que participe en el CDP Supply Chain, iniciativa que tiene por objetivo la involucración de los proveedores en la concienciación de la importante gestión
del cambio climático. Tal y como explican fuentes corporativas de Endesa, “este cuestionario nos proporciona datos sobre la implicación, estrategias y objetivos de nuestros proveedores en la lucha contra el Cambio Climático. El porcentaje de participación de nuestros proveedores en esta iniciativa ha ido aumentado año tras año, hasta alcanzar en 2015 un 81%. La información aportada por nuestros proveedores refleja la interiorización de su compromiso en la lucha contra el cambio climático, ya que el 86% tiene objetivos establecidos para la reducción de emisiones, y el 89% integra el cambio climático dentro de su estrategia de negocio”.

En la misma línea trabaja Gas Natural Fenosa que gracias al proyecto CDP Supply Chain obtiene información de su cadena de suministro para “detectar oportunidades de mejora en términos de eficiencia en el gasto, ofrecer servicios de eficiencia energética a nuestros clientes para la reducción de sus consumos energéticos así como analizar los riesgos y oportunidades en la cadena de suministro”, explica el jefe de departamento Cambio Climático de Gas Natural Fenosa, Amado Gil Martínez. “El siguiente paso será la implantación de un proyecto de desarrollo de proveedores con el objetivo de reducir las emisiones del proveedor a través de la implantación de soluciones energéticas desarrolladas por nuestra compañía”, añade Gil Martínez.

Por su parte, Pepsico es consciente de que “una agricultura económica y medioambientalmente sostenible es vital para un futuro próspero para todos”, afirma Marta Puyuelo, responsable de Relaciones Institucionales y Comunicación de PepsiCo. “Hemos trasladado nuestros compromisos al suministro agrario y estamos expandiendo de forma exitosa mejores prácticas en agricultura sostenible. Para ello, hemos desarrollado la Iniciativa de Agricultura Sostenible que se basa en tres pilares: social, económico y medioambiental. Esta iniciativa establece los estándares de sostenibilidad en nuestros cultivos, guía a nuestros proveedores en prácticas de agricultura sostenible y proporciona recursos, formación y apoyo para cumplir con dichos estándares”, añade Puyuelo .

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