En tiempos de crisis, la solidaridad no es lo primero que recortan los ciudadanos

31/10/2011 La sociedad española ha sido tradicionalmente muy solidaria con las personas más necesitadas. Sin embargo, cuando se vive la crisis en primera persona, los primeros recortes en gastos pueden dirigirse hacia este tipo de aportaciones. Compromiso RSE ha salido a la calle a preguntarle a la gente si, a pesar de la situación actual, siguen aportando su granito de arena para no dejar que la crisis también se lleve por delante un valor tan importante como la solidaridad.

La crisis económica ha impactado indiscriminadamente en el mundo occidental. Los hasta ahora “países ricos” asisten incrédulos a rescates bancarios, recortes públicos y cifras de paro imparables mientras países como los emergentes Brasil, Rusia, India o China (BRIC) viven un momento de relativo esplendor con un ritmo de crecimiento económico muy importante.

En medio de esta inestabilidad, cabe preguntarse si el compromiso que hasta ahora habían tomado los ciudadanos con su lado más solidario, se mantiene a pesar de la crisis. Y la respuesta la ofrece la Asociación Española de Fundraising: “el 9% de la población española colabora económicamente con causas sociales”. Esto se traduce en 3,6 millones de donantes que destinan 670 millones de euros al año. Son datos extraídos del informe “La colaboración de los españoles con las ONG y el perfil del donante”, que ponen de relieve que la sociedad española sigue comprometida con las causas sociales.

Sin embargo, ser solidario no siempre tiene por qué conllevar un desembolso de dinero. En muchas ocasiones se puede colaborar con los demás donando parte del tiempo personal, como en el caso de Isabel. Ella suele ayudar a la gente mayor de su barrio “haciéndoles los recados”: va a la farmacia o al supermercado y les compra lo que necesiten. “Yo creo que en general los españoles somos bastante solidarios, además, no siempre es necesario gastarse el dinero para serlo”. Rosa tampoco puede permitirse en este momento hacer grandes apor taciones. Sin embargo, ayuda siempre que puede dentro de su entorno más cercano. El caso de Carlos es similar: acaba de arrancar un negocio y “ahora no puede ser muy solidario”, pero cree firmemente que en general los españoles están muy comprometidos con las causas sociales, sobre todo por una cuestión de tradición religiosa.

Cabe destacar la reflexión que hace Montse, quien considera que las dificultades hacen al individuo más consciente de la realidad que se vive en el mundo, más allá de nuestras fronteras. “La gente está más sensibilizada y creo que ahora estamos incluso más comprometidos que antes”, dice.

Quizá, el actual sea un momento en el que se deba realizar un cambio de planteamiento de lo que se entiende por solidaridad, como lo hace Manel: “nos hemos acostumbrado a pensar siempre en los que están fuera y nos hemos acordado poco de los de aquí”. Colaborar con el entorno más cercano y en forma de acciones y no de donaciones es, probablemente, una buena forma de seguir siendo solidarios, a pesar de la crisis.

¿Sigue siendo solidario a pesar de la crisis económica?

Carlos, empleado de hostelería. 32 años

Ahora mismo no puedo pensar demasiado en la solidaridad con los demás porque acabo de iniciar un negocio y mi economía no está pasando por su mejor momento. Sin embargo, creo que en general los españoles somos solidarios, sobre todo por una cuestión de arraigo cristiano.

Isabel, actriz y pedagoga infantil. 44 años

Yo intento seguir siendo solidaria, porque no siempre tiene por qué implicar un gasto de dinero. Donde yo vivo hay mucha gente mayor que no puede desplazarse por sí misma para hacer sus “recados” diarios, así que siempre que puedo voy a la farmacia o al supermercado a comprarles lo que necesiten. En general, creo que los españoles somos bastante solidarios.

Montse, recepcionista de hotel. 38 años

Los españoles nos hemos dado cuenta verdaderamente de cómo está el mundo cuando nos ha tocado de cerca la crisis. Está claro que uno se tiene que preocupar primero por sí mismo, pero viendo cómo hay familias enteras viviendo situaciones dramáticas, nos hemos vuelto más sensibles y considerados. Creo que estamos siendo incluso más solidarios ahora que antes.

Raúl, empleado del departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya. 25 años

Hasta hace poco, en mi casa donábamos dinero a Intermon Oxfam. Creo que iniciativas como éstas, que sirven para ayudar a los demás, están muy bien. Sin embargo, yo no soy muy partidario de la caridad, no me gusta. Creo que debería ser el Estado el que se hiciera cargo de este tipo de cosas y redistribuyera los fondos destinados a esta causa.

Manel, pedagogo y alcalde de un pueblo durante 20 años. 60 años

La solidaridad la hemos buscado siempre fuera de nuestro país, olvidándonos a menudo de los que lo están pasando mal dentro de nuestras fronteras. Yo soy partidario de ayudar a los que tenemos más cerca, sobre todo en un momento como el actual. Aunque no veamos la luz al final del túnel, tenemos que adoptar la “filosofía optimista de Guardiola” y tirar hacia adelante.

Jimmy, propietario de empresa de construcción. 46 años

Los españoles son solidarios, a pesar de que la situación económica actual no sea la más favorable. Yo colaboro con Médicos sin Fronteras y con alguna otra asociación y estoy muy satisfecho de hacerlo. Hay que tener claro que no siempre se necesitan grandes cantidades de dinero para ayudar, con pequeñas aportaciones también se consiguen grandes cosas.

Silvia, empleada del departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya. 25 años

Yo creo que la sociedad española tiene bastante asimilado el hecho de que hay que ser solidario, no lo vemos como algo extraño. Yo par ticularmente no colaboro con ninguna causa concreta, pero conozco muchísima gente que apadrina niños o que dona fondos a diversas ONG.

Rosa, empleada de limpieza. 35 años

La gente suele ser solidaria, algunos más y otros menos, cada uno en la medida en que puede serlo. Yo intento ayudar dentro de mi entorno siempre que puedo, aunque mi situación económica actual no me permita hacer grandes aportaciones.

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