Reportaje

proyectos sociales

Ferrovial y Amref le dan vida al agua en Tanzania

15/11/2010 La unión hace la fuerza, y Ferrovial y Amref lo saben. Los conocimientos y la técnica de los primeros, junto con la implantación en el terreno y la sensibilidad de los segundos ha hecho posible el lema del proyecto que han abanderado conjuntamente: “Mahi ni uhai”, o “el agua es vida”. 51.000 tanzanos serán los beneficiarios de un programa de cooperación por el que se erigirán 557 nuevas infraestructuras.

Tanzania ronda los 40 millones de personas y tiene una esperanza de vida de 51.4 años para los hombres y de 53.6 para las mujeres. Según los últimos datos de la Estrategia de Cooperación de la Organización Mundial de la Salud para los próximos cinco años, casi el 60% de su población vive por debajo del umbral de la pobreza, lo que significa que viven, o mejor dicho malviven, con un dólar al día. Del 77% de población rural que hay, tan sólo un 37,1% tiene acceso al agua potable.

Cifras tan desalentadoras como estas, que lamentablemente suelen ser la tónica general de muchos estados del continente africano, fueron las que movieron a Ferrovial a adentrarse junto con la ONG Amref en el proyecto conjunto “Maji ni Uhai”, o “el agua es vida”, una aventura sin precedentes que proveerá de agua potable e infraestructuras a 51.000 personas en Tanzania.

La alianza surgió hace tres años, tras el planteamiento que se hizo Ferrovial de colaborar activamente en una acción humanitaria desde un prisma diferente: convirtiéndose en parte del proyecto y no en mero financiador del mismo. La compañía ha enviado a sus ingenieros a Tanzania y se ha comprometido desde el inicio con la planificación y el diseño del proyecto. “La novedad de esta alianza está en el hecho de que por primera vez se han sentado una ONG y una empresa y han roto el modelo tradicional de cooperación”, explica Manuel Costa, jefe de Responsabilidad Corporativa y de Relaciones Institucionales de Ferrovial.

Tras entablar conversaciones con Amref, cuya implantación sobre el terreno era máxima, iniciaron los trámites para darle vida al agua en Tanzania. “Ha sido un paso muy valiente de una empresa como Ferrovial, una referencia en todo el mundo. No han sido meros donantes, sino que han querido comprometerse desde el minuto 0 aportando knowhow, voluntarios, conocimientos y tecnología. Espero que esta alianza sea una referencia para el futuro y un escaparate en el mundo de la cooperación y el desarrollo”, afirma Alfonso Rodríguez, director ejecutivo de Amref.

Construir, formar y sensibilizar

24 pozos, dos sistemas de gravedad, dos embalses, 26 tanques de almacenamiento de lluvia, abrevaderos para el ganado y protección para 18 fuentes de agua son el groso de infraestructuras de agua que se han construido, aunque aún hay una parte muy importante por hacer, como las 270 letrinas que van a fabricar en las escuelas.

Si hubo algo que tuvieron claro desde el principio fue que no iban a caer en el error que muchos otros antes habían cometido: crear infraestructuras sin conseguir que las comunidades locales las sientan como propias. En el caso de “Mahi ni uhai”, los pozos, los sistemas de gravedad, los embalses, los tanques de almacenamiento de lluvia, y las muchas otras obras en las que se ha trabajado han sido construidas bajo el consentimiento y la aprobación de las autoridades, los líderes y las comunidades locales. Se crearon comités de agua para el uso racional de las instalaciones, el mantenimiento de las mismas y el establecimiento de un compromiso público entre las autoridades locales y las comunidades con el fin de que tras la marcha de Ferrovial y Amref, se responsabilizaran de cuidar y mantener el legado que se había construido para ellos. Según Manuel Costa, el proyecto consta de tres elementos: el primero, el de la construcción de infraestructuras que permitieron el acceso al agua a las comunidades; el segundo, el de la formación de la población en el mantenimiento y el uso de las mismas; y el tercero, el de la sensibilización en las buenas prácticas y en la higiene del agua para evitar enfermedades. “Tienes que dejar una cultura higiénica para que ellos mismos sepan que deben tener unos hábitos determinados para mejorar su calidad de vida y para evitar enfermedades que en su país son letales”, asegura.

Los cambios en la rutina diaria de la población han sido muy impactantes: una mujer que tardaba cuatro horas diarias en ir a buscar agua, ahora tarda 30 minutos. Gracias a ello pueden dedicar más tiempo al cuidado de sus hijos, a trabajar en actividades que les generen ingresos, y a sí mismas, algo que según Alfonso Rodríguez, es muy importante para su autoestima personal. Además, gracias a la creación de los comités del agua, las mujeres se han integrado mucho más en la organización comunitaria, participando activamente de ellos y consiguiendo un mayor nivel de paridad, que antes no existía.

Otra de las cosas que ha cambiado es la gestión de presupuestos de las comunidades locales. Nunca antes habían contemplado la posibilidad de dedicar una partida al mantenimiento y al cuidado de infraestructuras, lo que revela el grado de implicación que ha generado el proyecto entre la población.

La mayoría de los voluntarios repetiría la experiencia

Resulta muy complicada la criba entre la cantidad de gente que solicita ir. El filtro se realiza teniendo en cuenta una representatividad de los distintos negocios de Ferrovial, su antigüedad en la compañía, el nivel de inglés que tienen y su experiencia en voluntariado.

Según Manuel Costa, la experiencia para los empleados de Ferrovial ha sido inolvidable, ya no sólo desde el punto de vista solidario, sino también a nivel personal. Por primera vez, muchos de ellos han aplicado sus conocimientos básicos de formación a una causa solidaria. “La gente va a Tanzania a aportar algo más de lo que aporta en su puesto de trabajo habitual, haciendo exactamente lo mismo”, explica.

En el “Mahi ni uhai” existen dos tipos de perfiles de voluntario: el del ingeniero que está al cargo de las obras y de ver cómo se ejecutan las infraestructuras, y el del técnico en calidad de aguas, encargado de analizar y localizar los puntos de agua aptos para el consumo humano. Los ingenieros se marchan quince días a Tanzania aportando una semana de vacaciones propia y otra proporcionada por la empresa.

Alfonso Rodríguez asegura que los voluntarios han realizado una labor extraordinaria durante su estancia en Tanzania porque elaboraron mapas de la zona, localizaron los puntos de agua que existían, vieron dónde estaban las escuelas y los dispensarios de los cuales se podía aprovechar el agua de la lluvia, analizaron cuencas hidrográficas y “llegaron allí con una manera de hacer las cosas que a la gente local le maravilló”.

Un proyecto premiado por la Unión Europea

El galardón europeo al mejor proyecto en Cooperación Internacional para el desarrollo sostenible de los premios de Medio Ambiente de la Comisión Europea ha recaído sobre el proyecto “Mahi ni uhai”. “Estamos orgullosos porque es un premio que te pone en la palestra, pero sobre todo, porque se trata de un proyecto replicable que esperamos sirva de referencia para otras empresas, ya sea con infraestructuras o con otro tipo de iniciativas, pero manteniendo el mismo formato”, confiesa Manuel Costa.

Recientemente Amref ha solicitado unas ayudas que otorga la Unión Europea a proyectos de agua y saneamiento, con el fin de reforzar el proyecto iniciado por Ferrovial. Si se consiguiera el apoyo de la UE se podría dar aún más continuidad al proyecto, que ha sido una gran inversión en tiempo, recursos humanos y dedicación de ambas partes.

Evolución del proyecto

    2007:
  • Primer viaje de Ferrovial a la zona

  • Estudio de la situación de abastecimiento de agua

  • Definición del proyecto

    2008:
  • 11 voluntarios de Ferrovial trabajan y forman a los técnicos locales durante cuatro meses en análisis de calidad del agua, levantamientos topográficos, diseño de sistemas hidráulicos, evaluación de impacto ambiental y preparación de licitaciones.

    2009:
  • Inicio de las obras

  • Lanzamiento del documental “Maji ni uhai” sobre el problema del agua en Tanzania

    2010:
  • 2/3 de las infraestructuras construidas

  • Inicio de la segunda fase

    2011:
  • Conclusión de las formaciones y de la campaña de sensibilización

  • Inauguración de las infraestructuras

Un antes y un después

    Antes
  • El 0% del agua suministrada es potable

  • El 16% de los edificios públicos tienen instalaciones sanitarias

  • La población tarda cuatro horas en conseguir agua

    Después
  • El 100% del agua suministrada será potable

  • El 100% de los edificios públicos tendrán instalaciones sanitarias

  • La población tardará 30 minutos en conseguir agua

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