OPINIÓN

La Huella Social

Enrique Arce,

socio director de PeopleMatters

Enrique Arce

La empresa es un agente social con un papel clave en el desarrollo de las sociedades. Su actividad va dirigida a la obtención de beneficios económicos pero cada vez se le pide más que no lo haga a cualquier precio, que tenga en cuenta que como consecuencia de sus actividades está dejando una marca que hablará de ella en el futuro.

En el terreno medio-ambiental existe un parámetro, la huella ecológica, que mide las hectáreas de biodiversidad que una empresa necesita para llevar a cabo sus actividades, incluidas los desechos, es decir, la cantidad de terreno necesario para reponer recursos. Podría decirse que es un indicador de sostenibilidad que indica cuánto cuesta en términos ecológicos la prosperidad y el progreso aportado por una empresa.

De la misma manera, cabe preguntarse qué coste social conlleva la actividad de una organización o cuánto de profunda es la marca dejada por una empresa en el ejercicio de sus actividades. La “huella social”, que así puede llamarse, podría entenderse como la marca reconocible y medible que una empresa deja en la sociedad por razón de sus operaciones. En la actualidad esta cuestión está despertando tanto interés como lo tiene el cálculo de la “huella ecológica” o el cálculo de la “huella hídrica”.

La empresa no puede evitar dejar rastro. Sus actividades implican a personas y con sus decisiones crean más o menos empleo, que es en la actualidad lo más esperado de una empresa; pueden poner en riesgo los derechos humanos, los principios y derechos fundamentales en el rabajo; pueden impactar sobre la cultura, etc. En sus prácticas laborales pueden o no gestionar correctamente las condiciones de trabajo y protección social, pueden cuidar con mayor o menor esmero la salud y la seguridad en el puesto de trabajo y pueden realizar una apuesta clara y convencida sobre el desarrollo y formación de las personas. También deja huella, sin ninguna duda, la forma de hacer negocios, la competencia leal, el respeto a la legalidad laboral, fiscal, etc.

Muchos son los ámbitos en los que a la hora de actuar se deja rastro. La huella social que una organización deja debe ser tal que en el futuro se pueda decir que contribuyó a reducir las desigualdades y proporcionó posibilidades de éxito personal, es decir, salud, educación y riqueza. Pensar que debe ser así significa que se debe gestionar porque con el tiempo se hará balance y se deseará que el saldo sea positivo.

Medir la huella social es un desafío que creemos que se puede levar a cabo. Pensamos que es posible ordenar métricas parciales e integrarlas de forma agregada hasta alcanzar un indicador multifuncional y sintético que dé idea de la contribución social de cualquier organización. Se ha avanzado en su diseño y pronto estaremos en condiciones de aplicarlo.

En PeopleMatters creemos que actuar con responsabilidad social, disponer de una fuerza de trabajo diversa tanto en género como en edad y nacionalidad y proporcionar medidas contribuyan al éxito personal y profesional es estar a la vanguardia de las nuevas culturas empresariales. Por ello, pensamos que es de enorme interés conocer lo profunda que puede ser la huella que cada empresa dejemos a las generaciones futuras. Es una cuestión de compromiso.