OPINIÓN

Goles que dejan huella

Teresa Millán,

directora de Asuntos Corporativos de Lilly España

Teresa Millán

Cualquier empresa independientemente del sector en el que opere, debe ofrecer una propuesta de valor diferente de la de su competencia y, sobre todo, responder a las necesidades de cada uno de sus grupos de interés. Lilly no es diferente y añade a su función, la de fabricar de medicamentos- la búsqueda de la mejor forma de generar valor compartido en la sociedad.

Actualmente, podemos entender el concepto de ‘valor’ como la generación de beneficios y vínculos –tangibles e intangibles- con todos nuestros públicos, tanto internos como externos. En el caso de Lilly, entre estos grupos incluimos a profesionales sanitarios, medios de comunicación, gerentes de hospital, representantes del ámbito político y académico, la sociedad en su conjunto y, por supuesto, los pacientes.

Este último grupo tiene especial relevancia para nosotros. Históricamente, han sido los pacientes quienes han orientado nuestra actividad. No solo por la innovación terapéutica al servicio de la calidad de vida de las personas, sino también por todas aquellas iniciativas que trascienden la parte clínica y que les ayudan en su convivencia diaria con la enfermedad. Uno de estos ejemplos lo encontramos en las personas con diabetes y, especialmente en el caso de los niños. Se calcula que cerca de 10.000 niños menores de 15 años conviven con la diabetes en nuestro país.

Para Lilly resulta fundamental estar a su lado en el momento en que inician su tratamiento para que, con las mejores soluciones terapéuticas y una educación diabetológica adecuada, puedan afrontar su rutina diaria sin ningún contratiempo. Todo ello sin olvidar la necesidad de normalizar la enfermedad, para que los pacientes pierdan el miedo y puedan llevar a cabo prácticas que son habituales en los niños que no padecen diabetes.

De esta idea surge la Diabetes Cup. Gracias al diálogo con un grupo de interés tan importante para Lilly como es el caso de las asociaciones de pacientes, se identifica la necesidad de transmitir estos mensajes de normalización, junto a la necesidad de mantener hábitos saludables. Así surge el el primer torneo nacional de fútbol dirigido a niños y niñas con diabetes de entre 8 y 12 años, que este año alcanza su cuarta edición.

Una iniciativa que, desde el primer año, ha buscado siempre ir más allá de la práctica deportiva, creando un foro en el que los participantes comparten experiencias, comprenden mejor su enfermedad y entienden que la diabetes no supone ninguna barrera para una infancia activa y feliz.
Así, durante un fin de semana, la Diabetes Cup ayuda a mejorar la calidad de vida de 80 menores y de sus familiares. Y es que, además de practicar deporte, los participantes asisten a formaciones médicas para mejorar aspectos como el control glucémico o la alimentación, lo que les ayuda enormemente en su convivencia con la diabetes.

En definitiva, la Diabetes Cup es un ejemplo que explica el concepto de valor compartido tal y como lo entendemos en Lilly. Un proyecto que parte del corazón del negocio, de nuestra actividad, y que busca a la vez satisfacer las necesidades de uno de sus grupos de interés. para generar un vínculo muy fuerte con las personas que tienen diabetes. Al igual que hay goles que se recuerdan toda la vida, desde Lilly también queremos que cada participante de la Diabetes Cup recuerde que, juntos, conseguimos meterle un gol a la diabetes.