OPINIÓN

Cambio climático: el reto y la promesa para las empresas

Paul Polman,

consejero delegado de Unilever

Paul Polman

El clima salvaje que se observa actualmente en todo el mundo, desde el verano más caliente de Australia hasta el invierno más lluvioso de Gran Bretaña, está vislumbrando algunas de las serias consecuencias a las que nos enfrentamos todos: un cambio climático sin control. Las consecuencias sin precedentes son una llamada de atención para todos.

Afortunadamente también hay un estado de alerta en las juntas directivas y asociaciones empresariales. De hecho algo extraordinario está sucediendo en 2014 que está sembrando una respuesta más amplia a la realidad y que trae de la mano un significativo y más importante acuerdo sobre el clima en París 2015.

Del mismo modo que la evidencia dibuja un panorama sombrío de un planeta más caliente, más volátil, más líderes en todos los sectores están reconociendo la necesidad de unirse para trabajar frente a los desafíos políticos que frenan el progreso.

Subyace la idea de que el cambio climático no es sólo un grave riesgo para la continuidad de las empresas, sino una oportunidad igualmente prodigiosa para liderar el desarrollo de una nueva economía baja en carbono. El programa de Acción de Desarrollo Sostenible 2020 del Consejo Empresarial Mundial es un ejemplo de ello. Habrá pronto un conjunto de soluciones de negocio escalables para los retos climáticos y de desarrollo.

La formación de la B-Team es otro buen ejemplo: su visión de un mundo en el que el objetivo de la empresa es ser una fuerza motriz para el beneficio social, ambiental y económico pone a muchos negocios un paso por delante para liderar el cambio. Es un cambio en la forma de entender la empresa que no ha llegado en el momento justo.

La ONU estima que las pérdidas económicas causadas por desastres naturales desde el año 2000 son aproximadamente de 2,5 billones de dólares, al menos un 50% mayor que las estimaciones internacionales anteriores. Scientific American informó recientemente que las inundaciones podrían costar a las ciudades del mundo un billón de dólares al año hasta el 2050.

Cualquier persona que quiera hacer negocios durante los próximos años y décadas necesita comprometerse ahora con las políticas y directivas. Desde el punto de vista político depende mucho de la coreografía de las reuniones clave en el período previo a la COP21 de París en 2015, pero no menos importante es la Cumbre del Clima en Nueva York del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en septiembre próximo. Pero casi todo depende de la medida en que los líderes de todos los sectores se sientan capaces de liderar.

Es por ello que le invitamos a la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima, dirigida por el ex presidente de México, Felipe Calderón. Se examinará cómo las naciones, las ciudades y las empresas pueden lograr sus objetivos económicos y sociales básicos, mientras que simultáneamente reducen el riesgo de un cambio climático peligroso.

Entonces, ¿qué acción deben emprender los directivos de las empresas individual y colectivamente?

En primer lugar, la honestidad. En estos momentos estamos en el camino hacia el cambio climático devastador que será catastrófico para muchos sectores y muchas economías, por no hablar de millones, si no miles de millones de personas en todo el mundo.

En segundo lugar, poner nuestras propias casas en orden y cuando tenga sentido económico y ambiental: el análisis de la UK Carbon Trust de medidas de eficiencia energética identificadas en más de 2000 organizaciones mostró una tasa interna de retorno promedio de más del 40%, que se compara muy favorablemente con el 10-15% del retorno de las inversión empresarial "típico". Beneficios aún mayores podrían obtenerse mirando hacia afuera, encima y debajo de las cadenas de suministro trabajando con proveedores, clientes y consumidores para replantear los sistemas. A su vez esto ofrece la posibilidad de inclinar los sectores económicos hacia una senda más sostenible, reducir el riesgo e incrementar los beneficios. La labor del Foro de Bienes de Consumo para abordar la deforestación y las emisiones procedentes de la refrigeración es un ejemplo de una acción audaz. La revolución en el abastecimiento sostenible con asociaciones tales como New Vision for Agriculture es otra.

En tercer lugar, el trabajo en colaboración con los líderes políticos: todavía hay intereses creados en la vieja economía que les dicen que es demasiado difícil, demasiado caro, o que no es el momento adecuado. Nada de esto es cierto. De hecho, es demasiado difícil y demasiado caro NO actuar, y más que nunca, el momento de hacerlo es ahora. Estamos en una época de cambios sin precedentes, donde las empresas y los consumidores se enfrentan a riesgos impredecibles: las cadenas de suministro se basan en recursos volátiles, tanto en el precio como en la oferta.

Tomemos por ejemplo el caso de una planta de procesamiento de carne de vacuno en Texas, que cerró el año pasado, porque simplemente no había suficiente agua en la región para mantener viva la industria ganadera - 2.300 empleos o el 10% de la población de la ciudad y 55 millones de dólares en sueldos fueron eliminados de golpe.

La ciencia del IPCC nos hablará durante todo el año 2014 cada vez con mayor claridad y preocupación acerca de un mundo al que estamos dando forma por nosotros mismos, aquí, ahora y en la próxima generación.

La buena noticia es que muchos sectores de la sociedad, incluidas las empresas no sólo están escuchando, sino que están actuando de manera que pueden contribuir con éxito en París 2015, para ser siete mil millones de personas, llegando a más de nueve mil millones en 2050.

En el pasado, las cumbres del clima han estado a la altura, ya que se pidió a los líderes hacer sacrificios en nombre de un bien común. Hoy la propuesta de valor es dramáticamente diferente.
Hoy sólo le pedimos a todos los líderes reconocer los cambios que se deben hacer por lo que son: el principio del fin de la era de alto contenido de carbono y el nacimiento de un nuevo tipo de economía. Una economía en la que las nuevas empresas que, con visión de futuro y a partir de la experiencia del pasado, se unan para dar paso a un nuevo paisaje industrial sostenible y un futuro mejor para todos.

Cada uno de ustedes al leer esto tiene un papel único que desempeñar para hacerlo una realidad. Ya sea a través de acciones de liderazgo empresarial, de coraje político o simplemente difundir el mensaje de que el momento de actuar es ahora. Le instamos a que dé un paso adelante y juegue su papel en el cambio del curso de la historia.

Paul Polman, consejero delegado de Unilever, presidente del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible y comisionado de la Comisión Mundial para la Economía y el Clima

Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático