ENTREVISTA

No hay que ver la discapacidad como una cultura de la subvención


Alberto Durán,

vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE

Alberto Durán 29/01/2012

El 10% de la población española tiene algún tipo de discapacidad, pero este porcentaje no se traslada al mundo universitario ni al laboral. Con el objetivo de facilitar una integración real de los colectivos con discapacidad en el mundo laboral, el vicepresidente de la Fundación ONCE, AlbertoDurán, reclama el cumplimiento de la legislación actual y que se promuevan iniciativas para premiar las buenas prácticas empresariales.

¿La contratación de las personas con discapacidad forma parte de la cultura de las empresas españolas?

Creo que hay una cultura empresarial, más o menos extendida, que al final acaba contagiando a toda la empresa y que seguramente acaba trascendiendo al objetivo inicial. A veces la contratación de personas con discapacidad puede haber nacido como una acción muy concreta y muy aislada, pero eso al final acaba contagiando al resto de la empresa porque la persona con discapacidad se mueve por la compañía, interactúa con los departamentos y hay un mensaje general de que la compañía da un paso diferente.

¿Este tipo de cultura está generalizada en las empresas?

Todavía hay muchas empresas que no han dado este paso. Siempre digo que las empresas que han dado el paso, luego son más o menos coherentes y siguen con esto adelante; pero todavía hay muchas empresas que no lo han dado porque el staff de gestión de la compañía ve estos temas como un problema.

¿Qué se debe hacer para que las empresas que ven la integración de personas discapacitadas como un problema lo perciban como una oportunidad?

Las experiencias positivas acaban teniendo un conocimiento generalizado, por ello son imprescindibles iniciativas como el Foro Inserta en el que se ponen encima de la mesa experiencias de éxito de cada una de las compañías que forman parte del foro y esto ayuda a que otras se contagien, lo vean, tengan curiosidad y quieran apuntarse. Yo creo que el poner en común, el hablar, el contar las experiencias y mostrar casos prácticos es una buena práctica que convierte a individuos pasivos en individuos activos; para la sociedad deja de ser una carga para ser alguien que participa de forma activa.

¿Y cómo se consigue pasar de individuospasivos a activos?

Promoviéndolo y no únicamente subvencionándolo, y entendiendo esta promoción como un premio a las empresas que fomenten la inclusión de personas con discapacidad. Hay que dar pasos valientes, que la ley permite, pero que a veces nos da un poco de miedo realizar. Yo creo que no hay que ver la discapacidad como una cultura de la subvención, por ello hemos impulsado el Foro de la Contratación Pública Socialmente Responsable que trata de promover que las Administraciones públicas, cuando contraten, den preferencia a aquellas empresas que tienen un tratamiento integral de la discapacidad ya sea porque contratan a personas con discapacidad o porque producen productos y servicios accesibles.

Además de este tipo de iniciativas ¿cree necesario un cambio en la legislación?

Yo ahora mismo no hablaría tanto de un cambio de leyes sino de garantizar el cumplimiento de la legislación actual y promovería iniciativas para que desde las Administraciones públicas se diera ejemplo y se premiaran las buenas prácticas que hacen que la ley se cumpla. Hay que explicar a la gente que esto es bueno para que quien no lo entienda o no lo quiera hacer sea una excepción. A mí ya me gustaría que la excepción fuera el que no cumple la ley, sería haber ganado la batalla; pero de momento la batalla está en un territorio en el que todavía hay muchas empresas que no están en este proceso.

¿Qué hacer entonces?

Hay que tratar que desde la Administración, las asociaciones empresariales y las escuelas de negocio vean estos temas con sentido constructivo y se den cuenta de que va a hacer una empresa más fuerte porque le va a aportar un mayor conocimiento de la sociedad y va a evitar situaciones de desafección respecto a cosas que a sus empleados sí les interesan. A todos los empleados les importa el mundo de la discapacidad porque uno de cada cuatro empleados va a tener en su familia una persona con discapacidad.

La formación y concienciación de directivos se convierte en algo fundamental…

Es muy importante que en la formación de los directivos, en las escuelas de negocios, se trabajen estos temas porque enseñan buenas prácticas y la contratación de personas con discapacidad es una buena práctica que a veces no se cuenta mucho.

A pesar de la crisis la contratación de personas con discapacidad no ha disminuido, todo al contrario. ¿Cómo lo valora?

En los años 2010 y 2011 estamos en cotas de subida del 19%, pero este incremento tiene varias lecturas. Por una parte, se ha producido porque el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, el CERMI, ha puesto encima de la mesa un marco legislativo entorno al empleo. En segundo lugar, las entidades que nos dedicamos a la intermediación laboral de las personas con discapacidad hemos apretado los dientes y hemos hecho más con menos. Pero, además, este incremento en la contratación también se debe a que en una situación de crisis las familias han tenido que poner en disposición de trabajar a todos sus miembros, incluso a los hijos discapacitados. De todas maneras aquí cabe hacer cualquier mensaje menos uno triunfalista porque hay 1.500.000 personas con discapacidad sin empleo y que podrían trabajar y, además, no se cumple la cuota del 2%.

Para fomentar la integración laboral de personas con discapacidad, la formación se convierte en una herramienta clave…

Sí, porque de cada dos personas que se forman, prácticamente una encuentra trabajo en los meses siguientes a la formación. Además, en el caso de las personas con discapacidad la educación todavía tiene un hándicap importante y el número de personas que continúa su formación después de la etapa obligatoria es muy bajo. De hecho solamente un 1% de los universitarios tiene una discapacidad cuando el porcentaje en la población es de un 10%. Eso significa que la discapacidad a la empresa llega muy poco. En este sentido, la Fundación ONCE ha puesto en marcha con la Fundación Repsol el programa “Tu Formación no tiene límites. Desarrolla tu futuro” que tiene como objetivo fomentar el acceso a la universidad de las personas con discapacidad y normalizar sus procesos de integración laboral.

¿Qué considera necesario para fomentar el acceso a la formación de este colectivo?

Yo pediría que los fondos públicos que existen en España para formación y que se gestionan desde diferentes entidades tuvieran una cuota no coercitiva para que, por ejemplo, el 10% de la gente que accede a esa formación sean personas con discapacidad. Creo que no tienen que tomarse medidas coercitivas, pero tienen que ser programas que incorporen la discapacidad de forma voluntaria; si no, estamos generando un mayor diferencial porque el resto de colectivos se forma y el nuestro no.

En la Fundación ONCE hablan del concepto de “accesibilidad universal”. ¿Están superadas las barreras o queda mucho por hacer?

Según el informe del Observatorio de la Accesibilidad Universal, en los municipios españoles, cada 130 metros hay algún tipo de inseguridad en el pavimento para las personas discapacitadas. Aunque se ha mejorado mucho, informes como éste demuestran que todavía queda mucho por hacer y todavía no se ha interiorizado suficientemente el tema como para que no se sigan construyendo barreras, a veces con fondos públicos. Lo obvio son las barreras físicas, pero luego hay otras barreras a la comunicación para personas ciegas o sordas, barreras en los transportes públicos, en las empresas… Es necesario formar a la gente que toma decisiones en temas de obras públicas y movilidad porque cuando estaban en la universidad los planes de estudio no contemplaban la accesibilidad. Hoy estamos colaborando con algunas universidades que imparten cátedras o cursos lectivos acerca de la accesibilidad global.

¿Qué balance hacen desde la Fundación ONCE sobre la integración de personas con discapacidad en el 2011?

El balance es positivo en cuanto al mantenimiento de herramientas para fomentar el empleo de las personas con discapacidad, también se han producido avances legislativos para que la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU pueda empezar a ser de facto exigible y aplicable en España. Pero nos preocupa lo que viene. Se avecinan recortes en muchas partidas de presupuestos públicos y nosotros no somos diferentes al resto. Si hay que recortar se recorta, pero puesto que estamos acostumbrados a ser los últimos nos gustaría también ser los últimos a efectos del recorte.

La inserción laboral como objetivo prioritario

En los últimos diez años la Fundación ONCE ha logrado crear 30.000 empleos para personas con discapacidad y ofrecer 100.000 acciones formativas para el empleo, gracias a su propia aportación económica y a la cogestión de los Fondos Estructurales procedentes de la Unión Europea. El año que viene la Fundación ONCE pondrá en marcha un plan a diez años con el objetivo de continuar generando cada año 4.000 empleos para personas con discapacida. “Sería utópico platearnos más empleos porque con la crisis no sabemos si se van a dar las circunstancias”, comenta Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de la Fundación ONCE.

Acciones para fomentar la integración de personas con discapacidad

• Un total de 56 empresas participan en el Foro Inserta para poner encima de la mesa sus casos de éxito en la contratación de personas con dicapacidad.
• El Foro de la Contratación Pública Socialmente Responsable trata de promover que las Administraciones públicas, cuando contraten, den preferencia a aquellas empresas que tienen un tratamiento integral de la discapacidad.
• El programa “Tu Formación no tiene límites. Desarrolla tu futuro” tiene como objetivo fomentar el acceso a la universidad de las personas con discapacidad y normalizar sus procesos de integración laboral.

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