ENTREVISTA

Sylvestris, emprendedores sociales expertos en la restauración forestal


Francisco Martínez y Enrique Enciso,

socios fundadores de Sylvestris

Francisco Martínez y Enrique Enciso 13/12/2015

Sylvestris se dedica a la restauración forestal de zonas devastadas por incendios. Han desarrollado una técnica de bajo impacto y sencilla que permite llevar a cabo la siembra a personas en riesgo de exclusión, lo que aporta un carácter social a la medioambiental propia de su actividad.

El lema de Sylvestris es “ingeniería natural”, ¿a qué se dedica la empresa?
Enrique Enciso. Francisco Martínez y yo fundamos Sylvestris a mediados de 2013. Ambos somos ingenieros técnicos forestales con unos 20 años de experiencia, dedicados especialmente a la restauración de los montes. Intentamos hacer esa restauración desde la excelencia técnica pero además, teniendo en cuenta los aspectos sociales de la actividad. Al trabajar en zonas deprimidas de entornos rurales pensamos que podíamos desarrollar nuestra actividad dando trabajo a personas que viven allí en riesgo de exclusión. Y así pasamos de ser empresarios a convertirnos en emprendedores sociales.

¿Cuáles dirían que son los valores diferenciales de Sylvestris?
Francisco Martínez. Hay muchas otras empresas que trabajan en el monte igual de bien que nosotros, pero creo que nuestro punto diferencial es el carácter social que nosotros le damos a nuestra actividad. Hemos desarrollado un proyecto que resulta muy atractivo porque toca las tres patas de la responsabilidad corporativa: el impacto social, ambiental y económico.

¿Bajo qué criterios seleccionan a las personas que desarrollan sus proyectos?
La selección de personal la suelen llevar a cabo los servicios sociales del Ayuntamiento del municipio donde trabajamos. Nosotros les pedimos que, además de ser de allí, sean personas que se encuentren en riesgo de exclusión. La ventaja de la tecnología y herramientas propias que hemos desarrollado, de siembra de semillas, es que es muy sencilla y ligera, y permiten trabajar con cualquier tipo de personas: mujeres, discapacitados, personas mayores o con una constitución física no muy fuerte y otros colectivos a los que les impartimos una formación muy especial.

¿Qué otros elementos les caracterizan?
Otro de nuestros puntos diferenciales es que disponemos de un laboratorio propio para preparar la semilla antes de llevarla al monte para su siembra. Llevamos investigando diez años y tenemos una experiencia y aprendizaje propios. La semilla la sembramos en zonas muy degradadas, con incendios previos, etc. por lo que la preparación previa de las semillas es muy importante.
También la formación es muy relevante para realizar bien la labor y para entender el porqué de las cosas e incrementar la sensibilidad respecto del tema.

¿Cuál es el perfil de sus clientes?
Tenemos dos tipos de clientes: las Administraciones Públicas y las empresas. En el primer caso, trabajamos con las Comunidades Autónomas, que son las que tienen las competencias para gestionar los bosques. La propiedad de los terrenos es de los ayuntamientos pero la gestión y la inversión son de las comunidades.
Con respecto a las empresas, desde hace unos años la RSC ha ido creciendo y en sus ámbitos de responsabilidad social y medioambiental podemos ser partners de cualquier empresa. Además, en la tercera pata, la económica, también podemos ayudarles, ya que gracias a nuestra técnica, el coste de restauración de una hectárea es la mitad que la de otros métodos, por lo que por la misma inversión puede restaurarse el doble de superfície.
También a veces organizamos jornadas de voluntariado corporativo, en las que trabajadores de la empresa van a sembrar junto a la cuadrilla contratada, con lo cual ve lo que es el trabajo real, contacta con los lugareños... Esa jornada permite a los trabajadores conocer las consecuencias de una catástrofe natural porque en el Mediterráneo no hay tsunamis, ni terremotos pero sí hay incendios forestales. En la península cada año se queman unas 110.000 hectáreas de media, la superfície equivalente a Ibiza y Menorca. En el arco mediterráneo, en el que nosotros nos hemos especializado, cada año se queman 525.000 hectáreas, lo equivalente a todas las islas baleares.

¿Qué tipo de empresas se interesan por sus servicios?
Cualquier empresa concienciada con el medioambiente puede contratar nuestros servicios, aunque lo cierto es que a día de hoy lo hacen sobre todo grandes empresas de cualquier sector de actividad.
Algunas grandes empresas están obligadas a calcular su huella de carbono y el resto, aunque no estén obligadas, tienen interés en medirla para reducirla e incluso, en el caso de las empresas más evolucionadas, también quieren compensar sus emisiones de CO2.
Cada una encuentra sus puntos de mayor interés en el cuidado medioambiental, en el tema social, en el voluntariado la compensación de CO2...

¿Qué papel juega la sociedad en la restauración forestal?
Queremos desarrollar una tercera vía posible de financiación que consiste en la donación de pequeñas cantidades por parte de las personas cercanas a las zonas quemadas. Estas personas creemos que estarían dispuestas a aportar algunos euros, en la medida de sus posibilidades, para regenerar esos montes. Aunque aún no lo hemos puesto en marcha, sabemos que una campaña de crowfunding podría resultar bien en pequeñas áreas.

¿Cuáles son sus próximos retos?
Recientemente nos hemos asociado con una empresa española que trabaja con drones y estamos a punto de empezar a sembrar con estos dispositivos en zonas donde no podemos actuar con personas (fuertes pendientes, etc). Posiblemente seamos la primera empresa del mundo que puede repoblar bosques con drones.

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