ENTREVISTA

Las organizaciones de cooperación deberían ser consideradas como una parte fundamental de la marca España


Andrés R. Amayuelas,

presidente de Coordinadora de ONG para el Desarrollo

Andrés R. Amayuelas 08/03/2018

La Coordinadora de ONG para el Desarrollo integra a 76 ONG de Desarrollo de ámbito estatal y 17 Coordinadoras Autonómicas. En total aglutina a 450 organizaciones que trabajan en más de 100 países promoviendo la justicia social y la garantía de los derechos humanos en cualquier lugar del mundo.

 

¿Qué es la Coordinadora de ONG para el Desarrollo?

La Coordinadora es la entidad, a nivel estatal, que agrupa a las organizaciones que se dedican a la cooperación para el desarrollo, a la educación para la ciudadanía global y a la defensa de los derechos humanos. Está compuesta por 76 organizaciones, las más conocidas y representativas del ámbito estatal, y 17 Coordinadoras Autonómicas de organizaciones de cooperación para el desarrollo. De este modo, estamos presentes en toda España y, a través de las Coordinadoras Autonómicas, agrupamos a unas 450 organizaciones.

 

¿Por qué deciden unirse?

A principios de los años 90, una vez que España ha dejado de ser un país receptor de ayudas internacionales, los temas de cooperación para el desarrollo empiezan a tener un espacio en la agenda política en nuestro país. Es entonces cuando las organizaciones que trabajamos en este ámbito decidimos unirnos y trabajar de forma coordinada para poder incidir en las distintas políticas públicas que en ese momento se estaban empezando a diseñar. De este modo, la Coordinadora surge por la necesidad de incidir y de trabajar a nivel de Gobierno de España y, por su parte, las Coordinadoras Autonómicas desarrollan unos trabajos similares en sus ámbitos de actuación, ya sean comunidades autónomas, diputaciones provinciales o municipios.

 

¿Cuáles son vuestras principales actuaciones en el ámbito de la incidencia política?

En materia de incidencia política llevamos la interlocución con el Gobierno de España y con los órganos que dependen de él, incluyendo la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Trabajamos en la definición de las políticas españolas de cooperación para el desarrollo, en materia derechos humanos en el ámbito internacional, realizamos un seguimiento de los Presupuestos Generales del Estado, trabajamos con el Congreso de los Diputados, con el Senado, hacemos propuestas sobre distintas leyes que están elaborando… Por ejemplo, la última ley a la que hemos hecho aportaciones ha sido la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

 

Al hilo de los presupuestos del Estado, durante la crisis denunciaron el recorte de las ayudas destinadas a la cooperación internacional. ¿En qué situación se encuentran ahora?

Nos encontramos en niveles de principios de los años 90, con unos fondos destinados a la cooperación para el desarrollo que están a la cola de la Unión Europea y muy lejos de la reivindicación histórica del 0,7%. Ahora, más que hablar del 0,7% hablamos del 0,70% para luego decir que la cooperación española en los últimos dos años se ha movido entre el 0,14% y el 0,21%. Además, hay que destacar que parte de este aumento se ha debido a una condonación extraordinaria de deuda a Cuba y no a un incremento de fondos destinados a la cooperación para el desarrollo.

 

¿Cuál es su reivindicación en este ámbito?

Hemos reclamado al Gobierno que al final de la legislatura debiéramos alcanzar el 0,4% en los fondos de Ayuda Oficial al Desarrollo. En los dos años y medio que quedan de legislatura tendríamos que pisar el acelerador y recuperar esta senda si realmente queremos ponernos en los niveles que pide Naciones Unidas. Estamos a la espera de ver cómo evolucionan los Presupuestos Generales del Estado para 2018, pero ante el recorte de entre el 2% y el 3% para partidas sociales, previsto en el borrador de los presupuestos, tenemos la sensación de que no vamos a ver satisfechas ninguna de nuestras reivindicaciones.

 

Una fuente de financiación son las alianzas con empresas. ¿Qué les parece?

Es un campo controvertido dentro del sector de la cooperación para el desarrollo donde encontramos desde las posturas de las organizaciones que están totalmente de acuerdo en que estableciendo alianzas y proyectos conjuntos con empresas se puede avanzar en distintos ámbitos y, por otra parte, aquellas otras organizaciones que piensan que en todos los temas vinculados con la cooperación para el desarrollo y la solidaridad no debieran tener cabida entidades que, de una manera legítima, buscan un beneficio económico. En la Coordinadora, como representante de todo el espectro de organizaciones, adoptamos una postura intermedia en el sentido que entendemos que puede haber colaboraciones con empresas que sean positivas y puedan generar desarrollo, pero también creemos que se tendría que establecer un código ético que permitiera a las empresas establecer alianzas con organizaciones y desarrollar proyectos de desarrollo.

En este sentido, hemos trabajado con el Gobierno aportando ideas y tratando de agilizar la publicación del Plan de Acción Nacional de Empresas y Derechos Humanos, y a nivel europeo estamos trabajando a través de CONCORD, la confederación europea de ONG para el desarrollo y la ayuda humanitaria, con el objetivo de que se pueda establecer un tratado vinculante para los trabajos que puedan hacer las empresas vinculadas a la cooperación para el desarrollo.

En definitiva, entendemos que mientras haya un respecto a los derechos humanos y a los tratados internacionales, como por ejemplo los de la Organización Internacional de Trabajo, no debería haber ningún problema para que se pudieran establecer estas alianzas entre empresas y organizaciones de cooperación para el desarrollo.

 

En estas alianzas, ¿considera que el voluntariado corporativo puede jugar un papel relevante?

Obviamente para lo que es la cooperación para el desarrollo, desde el punto de vista amplio de la solidaridad, cualquier aportación es buena. Si es importante que haya presupuestos para desarrollar proyectos concretos, también es muy importante la aportación voluntaria de conocimiento y experiencia de los trabajadores y trabajadoras de las empresas.

 

A nivel de incidencia social, ¿considera que la sociedad española está suficientemente concienciada con la cooperación para el desarrollo?

La sociedad española tiene la solidaridad y la cooperación muy arraigadas en su ADN. Si miramos los datos de Eurostat, podemos constatar que el apoyo a la cooperación para el desarrollo en nuestro país es el más alto de toda la Unión Europea y, además, según los datos de las aportaciones que la sociedad española realiza a las organizaciones que forman parte de la Coordinadora, hemos visto como se ha incrementado el apoyo económico de la sociedad española, pasando por delante del apoyo de las administraciones públicas, así como que ha aumentado el voluntariado y la colaboración con las asociaciones.

 

¿Cuáles son los principales retos que afrontan las ONG para el desarrollo?

Tenemos identificados tres retos fundamentales que son la pobreza, la desigualdad y la insostenibilidad. En los últimos años estamos más preocupados por el tema de la desigualdad creciente, tanto entre países como dentro de los propios países, porque la desigualdad genera en muchas ocasiones acaparamiento de poder, degradación del estado de derecho y de bienestar, cierre de espacios políticos para la sociedad civil, etc.

 

Y a nivel territorial, ¿cuáles son los principales países donde actúan?

Por un tema de tradición histórica, proximidad del idioma y lazos afectivos de la sociedad española, Iberoamérica es la principal zona donde trabajan las organizaciones españolas, pero en los últimos años, sobre todo por las situaciones de necesidad, estamos trabajando en África. Las organizaciones españolas de cooperación para el desarrollo están presentes en 105 países. Esto da también una visión de amplitud y de cómo las organizaciones de cooperación deberían ser consideradas como una parte fundamental de la marca España y muchas veces esto no se hace.

 

Europa alcanzará el 0,7% en el 2052

Según datos del Informe AidWatch 2017 de CONCORD, si se mantiene el ritmo actual de crecimiento, la Unión Europea logará en el año 2052 el histórico objetivo del 0,7% de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Es decir, se alcanzaría con 82 años de retraso y mucho después de 2030, marco de referencia temporal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero en España el futuro es más desolador. En 2016, la AOD tocó su mínimo histórico con un 0,12%. Es por ello que la Coordinadora de ONGD considera España debería aumentar su Ayuda Oficial al Desarrollo en unos 500-800 millones anuales para poder alcanzar el 0,4% en esta legislatura.

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