ENTREVISTA

Apostamos por el aprendizaje para mejorar la inclusión y la empleabilidad


Carmen García de Andrés,

directora general de Fundación Tomillo

Carmen García de Andrés 28/06/2012

La Fundación Tomillo lleva 29 años colaborando con el desarrollo de las personas, acompañándolas en sus procesos de aprendizaje y contribuyendo a su inclusión en la sociedad, centrándose en aquellas que consideran más vulnerables, como los jóvenes o las mujeres. Su directora, Carmen García de Andrés, asegura que parten de la idea de que cada individuo tiene un potencial que hay que desarrollar y es ahí donde la fundación realiza su labor.

¿Cómo definiría la misión de la Fundación Tomillo?

Somos una entidad multi-especializada, pero nuestra actividad principal es la social dirigida a personas vulnerables o en riesgo de exclusión, que representa el 80% de nuestra actividad. Como colectivos, un porcentaje muy alto son jóvenes, y también inmigrantes, en respuesta a una realidad que existe en la zona en la que estamos ubicados. Además, hay otro porcentaje grande de mujeres, porque es mayoritaria en esos colectivos, y porque en un entorno familiar con problemas es la mujer la que primero pide ayuda.

¿Cómo ayudan al desarrollo de estas personas?

Tenemos muchos programas y tipologías de intervención, pero básicamente nosotros queremos acompañar a la gente hasta que se encuentre integrada o incluida como ciudadanos. Eso se produce de manera diferente según la problemática y según las edades, y nuestra experiencia nos ha demostrado que para evitar en lo posible problemas posteriores debemos empezar a intervenir desde la primera infancia, además de los programas que tenemos para adolescentes y jóvenes.
Así, trabajamos con niños de 0 a 3 años. A través de convenios con ayuntamientos gestionamos dos escuelas infantiles en Vallecas y Carabanchel en las que tratamos de aportar un modelo de educación infantil sistémico que proporcione herramientas a esos niños y a sus familias para que su proceso educativo luego sea lo más estable y permanente en la escuela que sea posible. Es una especie de medicina preventiva, ya que es en estas edades cuando el niño desarrolla prácticamente el 60% de su personalidad y de sus herramientas estratégicas de actuación vital. Por eso tenemos en cuenta a todos los agentes que intervienen alrededor de la persona a la que tratamos de ayudar. Trabajamos con la escuela, con las entidades sociales del entorno, con los colegios a los que después van a ir, con centros de mayores que vienen a verles a la escuela, tratamos de incorporar también a profesionales de Salud o Servicios Sociales,…
Posteriormente, trabajamos para apoyar el éxito escolar, ya que la escuela es el elemento de inclusión principal y esencial. Aquí tenemos muchas modalidades de programas con mayor o menor intensidad dependiendo de las necesidades del menor. A través de diversos dispositivos buscamos detectar problemas de fracaso escolar que no tienen una causa cognitiva o intelectual sino que es el entorno desestructurado el que les impide avanzar en la escuela.
En este ámbito también trabajamos con adolescentes y preadolescentes que tienen un nivel de absentismo escolar muy alto. Aquí el acompañamiento es total, incluyendo el ir a buscarles a casa para que acudan a la escuela, con el objetivo de que voluntariamente retomen la educación reglada y terminen al menos el Programa de Cualificación Profesional Inicial, que les aporta una formación en competencias profesionales básicas para poder incorporarse al mundo laboral. Somos un centro concer tado de la Comunidad de Madrid. Formamos par te de una red europea de escuelas de segunda opor tunidad e intentamos que sean conscientes de esta segunda oportunidad que se les ofrece y que se comprometan a aprovecharla. Intentamos motivarles para que recuperen una autoestima que en muchos casos han perdido.

¿Cómo motivar a unos jóvenes que además de su situación personal ven la realidad económica que nos rodea?

Realmente, es complicado, pero si refuerzas sus vínculos con la comunidad ya das un paso importante. Somos de la opinión de que el fracaso o éxito de la persona tiene que ver mucho con el número de vínculos que tiene. Si no tienes vínculos estás excluido; si tienes pocos, estás en riesgo de exclusión; y si tienes muchos, pase lo que pase no vas a estar excluido, porque hay una red que te acoge. Una de las áreas que desarrollamos alrededor de esta idea es la de Desarrollo Comunitario, cuyo objetivo es que todas estas personas que participan en nuestros programas puedan aportar algo, además de recibirlo. Que se reconozcan como agentes activos. Por ejemplo, formamos a jóvenes para que aprendan, pero también para que puedan enseñar eso que han aprendido a otras personas de su entorno, que normalmente están muy agradecidas por su labor y les felicitan, lo que para un adolescente que tiene problemas en el colegio es un gran elogio.

Entonces ¿el objetivo es conseguir que se formen para poder mejorar sus perspectivas de futuro, no?

Sí, cuanta más formación, más posibilidad tendrán de encontrar un trabajo y por tanto de evitar la exclusión social, y es algo de lo que queremos que sean conscientes: la formación no les asegura un porvenir, pero sin ella, seguro que no lo tienen. Por eso, en colaboración con otras entidades, centros y empresas, intentamos mejorar el nivel de empleabilidad de las personas con las que trabajamos. Colaborar en su desarrollo personal y formativo, dándoles herramientas de especialización que contribuyan a que sean más atractivas en el mercado laboral. Hemos trabajado con Johnson & Johnson, con Accenture, con Microsoft,… Por ejemplo, con Accenture colaboramos mucho con su fundación y nos ayudan a buscar nichos en los que especializar a nuestros jóvenes para mejorar su empleabilidad. O con Caser estamos realizando formación para atender a personas dependientes.
En general, hacemos un especial hincapié en fomentar el emprendimiento, tenemos un protocolo para detectar a posibles emprendedores, incluso cuando ellos mismos aún no tienen esa inquietud.

¿Cómo concretan esta labor de mediación laboral?

Tenemos profesionales que se encargan de esta labor, que consideramos de gran importancia, ya que nosotros formamos a personas para que trabajen en empresas o creen la suya propia. En el primer caso debemos conocer muy bien lo que las empresas necesitan, por eso nuestras mediadoras se dedican a visitar empresas y a buscar espacios, bien sean como prácticas o como puestos de trabajo con contrato. Tenemos una bolsa de empresas tanto pymes como grandes con las que trabajar la inserción.

¿Todo este trabajo lo realizan con voluntarios?

Nosotros empezamos como una entidad con muy pocos voluntarios. Hace 30 años se veía el trabajo voluntario como poco profesional y nosotros queríamos establecer desde el principio unas bases rigurosas de actuación. Pero desde hace unos cuatro años, ya consolidada nuestra metodología, nos abrimos a ellos. Una entidad como la nuestra si no tiene voluntarios no tiene base social. Nos interesa que la sociedad participe en la entidad para cumplir nuestra misión. Además, los voluntarios son un recurso valioso, aportan una capacidad de alcanzar a un número de personas al que no podríamos llegar sólo con contratados. Y aportan una visión diferente. Yo misma era voluntaria de Tomillo antes de ser su directora.

¿Trabajan con voluntariado corporativo?

Sí, lo consideramos muy útil. El voluntariado corporativo cumple varias funciones y objetivos; hay que tener en cuenta que para muchas personas que de manera individual no están motivadas o no saben cómo canalizar su motivación a través de la empresa se les facilita realizar esta aportación a entidades serias. Es decir, la empresa les abre una puerta al sector social importante.
Nosotros estamos intentando dar un paso más, basándonos en la idea de que el proceso de voluntariado es de aprendizaje, enriquece, aprendes cosas concretas. Y estamos tratando de definir en función del programa al que vas a ayudar las competencias específicas que tú como voluntario puedes desarrollar. El voluntariado es un acto de altruismo y generosidad, pero también puedes obtener algún provecho personal, sacar algo positivo más allá de la satisfacción de ayudar. Estandarizar lo que aportas y lo que aprendes con esta colaboración con el tercer sector. Es una línea en la que estamos trabajando y que no desvirtúa el espíritu del voluntariado.

Cuanta más formación, más posibilidad dehallar un trabajo y de evitar la exclusión social


• Fundación Tomillo trabaja con diversas empresas para encontrar nichos de empleabilidad para las personas en riesgo de exclusión.
• Colaboran en el desarrollo personal y formativo de las personas que acuden a ellos para que sean más atractivas para el mercado de trabajo.
• Consideran a los voluntarios un recurso valioso por su apor tación a la misión de la fundación e intentan definir las competencias específicas que se pueden desarollar con esta labor.
• La fundación realiza una labor “preventiva” al trabajar con niños de 0 a 3 años apor tando un modelo de educación sistémico que contribuya a su éxito escolar posterior.

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