ENTREVISTA

No hay mayor responsabilidad social que el empleo


Carmen Casero González,

directora general en funciones de Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas

Carmen Casero González 14/02/2016

El pasado mes de julio Carmen Casero González fue nombrada directora general del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas, en substitución de Miguel Ángel García Martín. Casero González ha sido secretaria ejecutiva de Sanidad en el Partido Popular de Castilla-La Mancha (2007-2011) y ha ocupado el puesto de diputada por el PP en las Cortes de Castilla-La Mancha (2007-2015).

¿Cuáles son los retos que España debe afrontar en materia de RSE?
España ha vivido una de las crisis más profundas de las últimas décadas de la que está saliendo gracias al encomiable esfuerzo que ha hecho toda la sociedad. Ahora, en esta etapa de recuperación económica en la que nos encontramos, es bueno que nos paremos a pensar y reflexionemos hacia dónde queremos ir y sobre todo, cómo queremos llegar. Qué modelos debemos seguir y bajo qué principios debemos regirnos en la consecución de nuestros objetivos. Tenemos que avanzar hacia un modelo económico que sea más sostenible e inclusivo, en el que prime la persona por encima de otros intereses, porque a la larga va a ser beneficioso para todos. Cada día más organizaciones se hacen este planteamiento porque están entendiendo que tienen que  jugar un papelprotagonista que va más allá de su cuenta de resultados. Los modelos tradicionales de gestión se han demostrado insuficientes y están cobrando peso otros aspectos a los que no se les había dado tanta importancia. Este es sin duda un reto formidable, conseguir que todas las organizaciones sean conscientes de que se puede gestionar de otra manera, incorporando los valores y criterios propios de la responsabilidad social, porque el beneficio en todos los sentidos va a ser mayor y van a salir reforzadas. Tenemos una hoja de ruta muy clara en este sentido, que es la Estrategia Española de Responsabilidad Social, a la que hemos llegado después de un intenso proceso de diálogo con todos los grupos de interés y que nos va a ayudar a ser mejores ciudadanos corporativos, cada uno en la responsabilidad que le compete. Pero sin duda el mayor de los retos que tenemos por delante es el de la creación de empleo, de empleo estable y de calidad, que es la mejor contribución a la responsabilidad social que puede aportar un país en su conjunto. No hay mayor responsabilidad  social que el empleo.

¿Considera que la RSE debe ir hacia una obligatoriedad o mantenerse en el ámbito de la voluntariedad?
Algunas leyes como la Ley de Ordenación, Supervisión y Solvencia de las Entidades de Crédito, o la Ley de Sociedades de Capital ya incorporan normas de obligado cumplimiento en materia de gobierno corporativo con el objetivo de mejorar la transparencia de estas organizaciones. Si a eso le sumamos otro tipo de recomendaciones relativas al buen gobierno, estas de carácter voluntario, como las que contiene el Código de Buen Gobierno, creo que tenemos un marco suficientemente equilibrado y adecuado sin caer en el exceso regulatorio. Yo tengo la opinión de que la RSE debe entenderse como un compromiso que se adquiere desde el convencimiento y no tanto como una imposición, un compromiso asumido voluntariamente. Lo más importante en este sentido es que las organizaciones estén convencidas de que es mucho mejor para ellas integrar criterios de responsabilidad social que no hacerlo, y que un comportamiento socialmente responsable es una inversión rentable en todos los aspectos.

¿Qué valoración hace del primer año de vigencia de la Estrategia Española de la RSE?
Una vez que contamos con este marco común de referencia tenemos que seguir impulsando acciones para hacer crecer la cultura de la gestión responsable en España y que esta cultura acabe calando en el mayor número de organizaciones, con especial atención en las PYMES. El hecho de contar con una hoja de ruta tan precisa y valorada nos permite anticipar que vamos a asistir en los próximos años a un desarrollo importante de la RSE en España. Cada día son más las organizaciones que se suman a esta corriente porque entienden que además de estar a su alcance, tiene una repercusión positiva en todos los aspectos. Estamos trabajando en este sentido para seguir reforzando los modelos de gestión sostenibles, para impulsar la competitividad de las empresas y la eficiencia de las administraciones públicas, en definitiva, para potenciar nuestra imagen de país y nuestra credibilidad. Y no perdemos de vista el que sigue siendo nuestro principal objetivo, que es la generación de empleo de calidad y de oportunidades para todos.

¿Cuáles son las principales líneas que deben regir, a su entender, el desarrollo de una economía sostenible en España?
No me cabe duda de que la responsabilidad social puede contribuir de manera determinante a impulsar la  recuperación económica y hacer que esta sea más sostenible. Debemos contribuir entre todos a este desarrollo sostenible de la sociedad mediante modelos de gestión responsables que armonicen el crecimiento económico y la competitividad con el desarrollo de las personas y el respeto al medio ambiente, con el objetivo de construir una sociedad más inclusiva en todos sus aspectos. ¿Cómo se hace esto? Alineando los compromisos de las empresas y de las administraciones públicas con las necesidades y con las preocupaciones de la mayoría de la sociedad, entre las que el empleo sigue siendo la principal prioridad. También reforzando los modelos de gestión sostenibles, porque eso va a redundar en un incremento de la competitividad de las empresas y en una mayor eficiencia de las administraciones públicas. En los principios y valores de la responsabilidad social tenemos una oportunidad para mejorar nuestra capacidad de aprender de los errores, para  reinventarnos y para reflexionar sobre cómo hacer mejor las cosas. Si hubiéramos tenido en cuenta estos principios y valores durante los años previos a la crisis, probablemente su impacto no habría sido tan profundo. 

¿Considera que en su estrategia de RSE las empresas deben comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible? ¿De qué manera?
Las empresas son imprescindibles para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su contribución es fundamental para conseguir estos objetivos. La introducción de estrategias de sostenibilidad que promuevan el crecimiento económico inclusivo, el progreso, la igualdad de oportunidades y la protección 
medioambiental, es un gran desafío y una gran oportunidad. Hay muchos campos dentro de los Objetivos de De sarrollo Sostenible en los que las empresas pueden tener un papel protagonista, como por ejemplo, en materia de igualdad de género, que es un elemento que está fácilmente al alcance y en el que aún tenemos mucho camino que recorrer; o invertir en una educación de calidad, facilitando opor tunidades de aprendizaje para todos los ciudadanos. Creo que no cabe mayor inversión para el progreso futuro. Por supuesto, también en aspectos relacionados con la gestión, el buen gobierno, la transparencia o la rendición de cuentas. Las empresas
pueden contribuir igualmente a la consecución de estos logros promoviendo hábitos saludables de consumo y fomentando la eficiencia energética. Todos ellos deben ser objetivos irrenunciables para el sector privado, que además va a traducirse en ventajas competitivas.

Las empresas públicas pueden convertirse en un ejemplo en materia de RSE. ¿En qué nivel considera que se encuentra la RSE en el sector público?
Los ciudadanos demandan más que nunca comportamientos responsables y las administraciones públicas tenemos que estar a la altura de esta demanda aplicando con decisión los principios y los valores de la Responsabilidad Social en todas y cada una de nuestras actuaciones. Creo que hemos avanzado mucho en este sentido, desde una triple perspectiva: a través de medidas dirigidas a mejorar la transparencia y el buen  gobierno, promocionando la RSE y estableciendo una estrategia común de RSE que sirva como referencia para todos. La aprobación de la Ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno; la puesta en marcha del portal de la Transparencia; la aprobación por parte de la CNMV del Código de Buen Gobierno; la Ley de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito, o la Ley de Sociedades de Capital son actuaciones que han dejado meridianamente claro que la apuesta del Gobierno es inequívocamente en favor de la transparencia. Próximamente también se habrá transpuesto a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva sobre divulgación de información no financiera y diversidad de la Comisión Europea, que también repercutirá en la calidad de la información que las organizaciones facilitan y por tanto en el incremento de la transparencia de las mismas.
Para dar visibilidad y extender los principios de la RSE contamos con el sello de adhesión a la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, con el que se identifica a empresas y organizaciones que realizan actuaciones para que los jóvenes tengan más y mejores oportunidades laborales, y a la que ya se han sumado casi un millar  de entidades. Pero, sin duda lo que mejor refleja el compromiso del sector público con el fomento y el desarrollo de prácticas responsables es la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas, que nos va a permitir sumar esfuerzos y avanzar en la misma dirección.
Todo este conjunto de actuaciones contribuirán a afianzar la recuperación económica y a lograr que ese crecimiento económico sea también más sostenible e integrador y se fortalezca en el conjunto de la sociedad. Pero como decía, las Administraciones deben aplicarse a sí mismas los mismos criterios que inspiran el concepto de responsabilidad social y hacerlo, además, con un carácter de ejemplaridad. Por este motivo recientemente se ha presentado un nuevo Informe-Memoria sobre la Responsabilidad Social de la  dministración
General del Estado (AGE), correspondiente a 2014. En él se da cuenta a la ciudadanía y a los grupos de interés implicados, de las iniciativas y actuaciones de la AGE en relación con la preser vación del medio ambiente; con el avance continuo en materia de derechos y desarrollo de las políticas laborales aplicables al personal de la función pública; con el avance, también, en materia de eficacia y calidad de los servicios públicos y por supuesto, en materia de transparencia y buen gobierno .

La Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven

 Gracias a la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven y al resto de medidas e incentivos para favorecer la contratación y el emprendimiento, más de 600.000 jóvenes cuentan hoy con una oportunidad de empleo por cuenta ajena o propia. La Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven es el fruto de la suma de esfuerzos de los agentes sociales y de la sociedad civil, de un proceso de diálogo y participación que culminó con la puesta en marcha de las 100 medidas que incluye. Casi un millar de empresas y entidades públicas y privadas se han adherido ya a la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, aportando recursos propios y actuaciones concretas para contribuir a este reto del empleo.

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