ENTREVISTA

Acuerdos globales por un mercado forestal sostenible


David Campos, Juan Carlos del Olmo,

director general, secretario general de Kimberly Clark, WWF

David Campos, Juan Carlos del Olmo 18/03/2013

El ambiente que se respiraba en el transcurso de la entrevista entre David Campos y Juan Carlos del Olmo fue la prueba de que las relaciones entre ONG y empresas han vivido una auténtica revolución en los últimos años. La confrontación directa y la falta de entendimiento que presidían la interlocución en el pasado han dado pie a un diálogo abierto y sincero en el que muchas veces se comparten objetivos, como en el caso de Kimberly Clark y WWF para la consecución de un negocio forestal sostenible.

Uno de los puntos más sensibles de la política de RSC de Kimberly Clark es el tratamiento de las materias primas con las que se elaboran sus productos, ¿cómo lo explicaría?
David Campos. Ésa es, efectivamente, una áreacrítica para la compañía, al ser uno de los mayores productores de tissue del mundo.

Me siento muy orgulloso, con hijas pequeñas a las que quiero dejar un planeta saludable, de la política de adquisición y tratamiento de las materias primas de Kimberly Clark, la más avanzada y por tanto líder en el mundo.

Me gustaría destacar que no se trata sólo de mi opinión, sino de hechos contrastables: Kimberly Clark fue la primera compañía que pidió a sus proveedores cer tificación independiente de la fibra de la que elabora sus productos y hoy el 100% de la fibra que utilizamos en Europa y el 99% de la del mundo está certificada. La segunda evidencia es nuestro compromiso por maximizar el uso de fibras FSC y la tercera es nuestra búsqueda de colaboraciones con socios estratégicos, como WWF. Por ejemplo, hemos estado trabajando en proyectos de cuidado de bosques en riesgo y reflexionamos acerca de cómo generar políticas para mantener esos bosques de forma saludable. Esa colaboración y, ocasionalmente, tensión con ONG u otras entidades es la tercera razón por la que diría que Kimberly Clark lidera esa área.

Somos líderes y para mantenerlo estamos comprometiéndonos con metas muy agresivas. Metas que ni siquiera sabemos cómo vamos a lograr.

En Río+20 el vicepresidente mundial de la compañía anunció que estaban investigando en fibras alternativas a la madera. ¿Cuál es su objetivo al respecto?
Queremos que el 50% de todas las fibras provengan de fuentes alternativas a la madera en 2025.

¿Cuáles son esas fuentes alternativas?
Estamos trabajando con el bambú y con la paja del trigo. En Reino Unido, por ejemplo, ya se ha lanzado la línea Andrex Eco, que usa el 10% de fibra de bambú y el 90% de fibra tradicional y las investigaciones de nuestra división profesional ya están muy avanzadas para usar bambú y paja de trigo.

Se va a requerir mucha innovación para conseguirlo, pero lo bueno es que Kimberly Clark es líder en innovación: fue la compañía que lanzó la categoría de higiene femenina en la década de los años 20 y en los 30, la de los pañuelos desechables que, curiosamente, en España se conocen por Kleenex, el nombre de nuestra marca.

Recientemente Kimberly Clark ha renovado el acuerdo de colaboración con el Programa Global Forest & Trade Network (GFTN) con WWF. ¿En qué consiste este programa?
Juan Carlos del Olmo. La GFTN es una red de WWF que trabaja de forma distinta en dos tipos de países: en los consumidores de madera, papel o derivados de los bosques, como Estados Unidos o Europa, tratamos de generar una demanda sostenible de este tipo de recursos, básicamente trabajando con grupos de compradores y empresas que lo que hacen es demandar en toda su cadena de proveedores este tipo de papel. Y en los países productores fomentamos la gestión forestal sostenible de los bosques más amenazados del planeta a través de la creación de grupos de productores integrados por los forestales e industria de transformación de la madera que cuentan con una certificación forestal creíble, como la FSC, o están en proceso de conseguirla. Trabajamos con la oferta y la demanda ayudando a identificar las fuentes de la madera o derivados y su trazabilidad. Identificamos cuáles de esas fuentes son las de mayor riesgo e impulsamos una política en la que se sustituyen las de más riesgo por las más seguras.

La clave es la FSC, un sistema que no pertenece a nadie, una asociación independiente en la que están representadas el interés económico, el social y el medioambiental y velan por los principios del sistema para que puedan certificarse los productos forestales.

Uno de los problemas que tiene el mundo es el consumo excesivo, pero ante eso, como en el judo, convertimos algo negativo en positivo. La transformación forestal del mundo gracias a esta iniciativa es impresionante. Para ello tienen que existir organizaciones como la nuestra, pero también empresas como Kimberly Clark.

¿En qué consiste exactamente la colaboración?
David Campos. En 2008 nos vinculamos al programa en algunos países y en 2011 lo corroboramos a nivel global. La compañía trabaja con el objetivo de que para 2015 el 100% de nuestras fibras provenga de fuentes certificadas. Hoy no es posible por la falta de oferta de fibra certificada por lo que colaboramos en aumentar la oferta a través de formación, entrenamiento de pequeños propietarios que producen madera, trabajamos para la trazabilidad del producto en toda la cadena de suministro, etc.

En 2011 adicionalmente, nos marcamos la meta de que el 50% de todo lo que produjéramos ese año fuera FSC o reciclado y se logró ese objetivo.

La RC en toda la cadena de valor sólo se consigue si la compañía ayuda y acompaña a su proveedor en el camino hacia la sostenibilidad...
David Campos. El objetivo de Kimberly Clark para 2015 es que el 100% de nuestros proveedores clave se adhieran a nuestra política global de RC.

Juan Carlos del Olmo. En WWF trabajamos intensamente con empresas multinacionales y hemos cambiado la perspectiva: de considerarlas enemigas a aliados en el cambio. Una vez que una empresa ha tomado la determinación de hacer algo, la velocidad de implementación es sorpredentemente rápida.

Hasta hace unos años la visión de los ecologistas sobre los bosques era que no había ni que tocarlos. La nuestra, como una visión ecologista más, ha sido la de mostrar que los productos forestales son los más sostenibles, menos contaminantes y más interesantes ambientalmente, pero hay que encontrar la manera de utilizar los bosques sin perjudicarlos. Existe un hueco para la producción de madera, de pasta de papel, etc. Quizás la revolución es ésta, dejar de ver a la empresa como un enemigo a batir para trabajar con las potencialidades que tiene el sector empresarial. El que Kimberly Clark adopte una política de este tipo quiere decir que sus proveedores tengan que adoptarla, y sus competidores le copiarán…

También a veces hace falta presión pública, pero una vez la empresa adopta decisiones es imparable.

Es un camino donde hay que aprender a caminar juntos, acompasar los pasos, la ONG tiene que aprender a responder muy profesionalmente, la compañía a ser paciente… pero cuando logras que eso cuadre, es formidable.

¿Qué otros programas de cuidado del medio ambiente destacaría de los llevados a cabo por Kimberly Clark?
David Campos. Hemos hecho algunas colaboraciones más puntuales como la de reciclar tuits de Kleenex, en la que por cada tuit retuiteado se donaba un euro a WWF. Era una forma metafórica de recomendar el reciclaje.

También localmente, en España, desarrollamos el año pasado la campaña “Reto del Ahorro del Agua de Scottex”. España es un país con escasez de agua (de ahí que sea una acción de iniciativa local). El 30% de la superficie del país corre riesgo de desertificación y el 30% del consumo de los hogares viene de la cisterna. Así que con la colaboración de WWF y ECODES lanzamos en el 2012 la campaña del “Reto del Ahorro de Agua de Scottex” con el objetivo de ahorrar 250 millones de litros de agua anuales en España. Para lograr esto regalamos 100.000 dispositivos de ahorro que se instalan en el inodoro para reducir el consumo de agua en un litro por cada descarga. Este esfuerzo es una pieza clave de un reto que se ha puesto KC a nivel global de ayudar a ahorrar casi 800 millones de litros de agua en geografías de riesgo.

Más allá del área medioambiental, Kimberly Clark es considerada como una de las mejores empresas en las que trabajar y sus empleados desarrollan interesantes iniciativas de todo tipo. Una de ellas es la denominada “Cada ladrillo cuenta”. ¿En qué consiste?
Fue una iniciativa desarrollada en 2012 en Sudáfrica, donde existe un gran problema de niños huérfanos debido al SIDA. Nosotros, en Europa teníamos jóvenes talentos a desarrollar, y a quince de ellos – tres españoles– les presentamos el reto de conseguir donaciones para uno de los centros de acogida de estos niños. El objetivo se centró en conseguir donaciones de empleados y otros grupos de interés por valor de 15.000 libras esterlinas y se consiguieron 40.000. Posteriormente, estos quince jovenes se desplazaron a Sudáfrica por una semana y ayudaron a reconstruir el centro. Fue una iniciativa muy emocionante que valoro como un ‘gana-gana’: haces lo correcto para el planeta, para la gente y para el negocio.

Su proyecto “Sumando Valores” promueve valores que deriven de pequeñas acciones con un impacto positivo en la sociedad. ¿Qué tipo de acciones se desarrollan?
Sumando Valores es otro buen ejemplo. Internamente tenemos una serie de valores que queremos implantar dentro y fuera de la compañía. La iniciativa, que nació en Sudamérica hace cuatro años, trata de que valores como la solidaridad, por ejemplo, trascienda la compañía. Para conseguirlo se reunió a 1.800 personalidades de distintos ámbitos, a las que se les regaló un paquete de pañales a cada una para que se lo regalaran a alguien que lo necesitara y, a su vez, se les daba la opor tunidad de regalar otro paquete ellos mismos. Es algo que tiene efecto multiplicador.

¿Cuáles destacaría como los principales retos medioambientales en el mundo para los próximos años?
Juan Carlos del Olmo. Creo que el primero es hacer entender a todo el mundo que de la crisis en la que nos encontramos hay que salir de otra manera. Es el momento de reinventar nuestro modelo de desarrollo.

El objetivo principal en este momento es reducir los recursos naturales que consumimos y hacer un uso de ellos responsable y sostenible.

Tenemos varios retos: el primero de ellos es el cambio climático, que ha perdido puntos en la agenda política, pero siguen aumentando la concentración de CO2 y las emisiones. Para ello trabajamos en dos patas: la eficiencia energética y el despliegue de las energías renovables. Vivimos en un momento de contradicciones: mientras se dan grandes avances de la sociedad civil, los gobiernos están paralizados.

El segundo de los retos tiene que ver con los mares, que son en este momento los grandes olvidades. Trabajamos en dos direcciones: ampliar el área protegida, que en la actualidad es inferior al 1%, y cambiar la pesca.

El tercero es el agua. El uso sostenible del agua, sobre todo en la agricultura, es nuestro objetivo.

Lo estamos intentando conseguir movilizando a Gobierno, sociedad civil y sector privado. Y movilizando a gran cantidad de personas: vamos a enfocar de pasar a movilizar a cientos a miles, en la Hora del Planeta. El año pasado ya llegamos a miles de millones de personas en todo el mundo con esta iniciativa. Creo que fue la primera vez que tanta gente hizo un gesto simbólico de concienciación del planeta.

¿Cuáles son las acciones de RSC más destacadas localmente, en nuestro país?
David Campos. En España tenemos una fábrica en Salamanca y trabajamos con el reto de reducir los consumos de energía. En los últimos dos años se ha reducido más del 10% del consumo de energía. Respecto al agua, una variable también crítica, la fábrica de Salamanca consume un 30% menos que el objetivo fijado por Kimberly Clark para todo el mundo.

Destacaría también la iniciativa local “Reto del Ahorro del Agua de Scottex”, ya citada.

Por otro lado, y respecto a los residuos, otro de los aspectos importantes, tenemos el objetivo de 0% residuos a vertedero para 2015. En la gama de personal care ya lo hemos conseguido y la fábrica de Samalanca, que produce nuestra otra gama, family care, también produce 0% residuos a vertedero.

Juan Carlos del Olmo. Creo que lo más relevante es que la empresa internamente haga cada vez las cosas mejor y destacaría el papel tan transformador que tienen las políticas de compañías como Kimberly Clark en todo el mundo. Es muy importante que las empresas se planteen retos tan ambiciosos como los suyos.

La ONG medioambiental que consiguió hacer de las empresas un aliado en la sostenibilidad


  • La GFTN es una red de WWF que trabaja de forma distinta en dos tipos de países: en los países consumidores de madera, papel o derivados de los bosques, como Estados Unidos o Europa, tratamos de generar una demanda sostenible de este tipo de recursos, básicamente trabajando con grupos de compradores y empresas que lo que hacen es demandar en toda su cadena de proveedores este tipo de papel.
  • Hasta hace unos años la visión de los ecologistas sobre los bosques era que no había ni que tocarlos. La nuestra, como una visión ecologista más, ha sido mostrar que los productos forestales son los más sostenibles, menos contaminantes y más interesantes ambientalmente, pero hay que encontrar la manera de utilizar los bosques sin perjudicarlos.

    La compañía multinacional que colaboró para hacer sostenible el mercado forestal


  • Kimberly Clark fue la primera compañía que pidió a sus proveedores certificación independiente de la fibra con la que elabora sus productos y hoy el 100% de la fibra que utilizamos en Europa y el 99% de la del mundo está certificada. La segunda evidencia es nuestro compromiso por maximizar el uso de fibras FSC y la tercera es nuestra búsqueda de colaboraciones con socios estratégicos, como WWF.
  • Queremos que el 50% de todas las fibras provengan de fuentes alternativas a la madera en 2025.
  • La compañía trabaja con el objetivo de que para 2015 el 100% de las fibras provenga de fuentes certificadas.
  • Los objetivos de Kimberly Clark para 2015 es que el 100% de nuestros proveedores clave se adhieran a nuestra política global de RC.

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