ENTREVISTA

La empresa del futuro será responsable o no será


Juan José Almagro,

director general de Comunicación y Responsabilidad Social de Mapfre

Juan José Almagro 15/07/2010

El origen mutualista de Mapfre ha configurado desde su fundación, en 1933, una política de responsabilidad social, aunque no se denominara en esos términos. Desde entonces hasta hoy Mapfre es un ejemplo de buen gobierno y contribución a la sociedad.

¿Cómo se organiza internamente la RSE en Mapfre?

Hay una Dirección de Responsabilidad Social que depende de una Dirección General cuya responsabilidad ostento yo. Comprende comunicación, reputación, marca, publicidad y responsabilidad social. Está integrada por personas que lo que hacen es predicar, y no porque haya muchos agnósticos de la RSE, sino porque si queremos que al final se integre en el negocio y forme parte del mismo tiene que haber un grupo de personas que prediquen las aptitudes de la RSE.

El responsable de RSE es una figura de diálogo. En Mapfre tenemos organizada nuestra política de Responsabilidad Social a partir de un conjunto de principios que se aprobaron en el Consejo y figuran en nuestra memoria de responsabilidad social. Nadie debería copiar, cada empresa es diferente y seguramente no hay modelos de nada. Cada empresa debería ser capaz de encontrar su propio modelo a través de su propia filosofía, pero siempre basado en principios que la sociedad le pide a las compañías: que seamos capaces de dar trabajo, de ser innovadores y competitivos, pero, además, de desarrollar esa tarea desde un fuerte compromiso social. Si la empresa no tiene compromiso social, seguramente no tiene futuro. La compañía del futuro será responsable o no será.

Publican Memoria de Responsabilidad desde el 2003, aunque su vocación responsable viene de lejos…

Mapfre tiene un origen mutualista y creemos que hemos hecho siempre responsabilidad social, aunque no se llamase así entonces.

El modelo de Mapfre se basa en tres pilares: buen gobierno, responsabilidad social y contribución a la sociedad. ¿Qué destacaría de cada uno?

Nuestro modelo es integral porque nos parece que conjuga todas la variables que serían de interés. El buen gobierno significa que sin cumplimiento de la ley no podemos empezar a hablar de RSE. La empresa que no cumpla la ley no puede ser responsable. Como punto fundamental está el cumplimiento estricto de la ley, además de la transparencia y el comportamiento ético.

La segunda es el compromiso equitativo con los grupos de interés. Que cada empresa se relacione con los grupos de acuerdo con lo que cada uno pida y necesite. La equidad es dar a cada uno lo que cada uno necesita sin dañar a ninguno. Con estos dos principios, una empresa es responsable y, si además le añadimos el compromiso social, seguramente estamos redondeando un camino. Ejercemos esa acción social a través de nuestra fundación, que destina millones de euros fundamentalmente a la discapacidad dentro de España y fuera de nuestras fronteras trabaja con la educación a niños y jóvenes con pocos recursos.

Fueron premiados en 2009 por sus acciones de apoyo a la inserción laboral de los discapacitados por La Caixa. En la plantilla española cuentan con 185 discapacitados. ¿Cuál es la política de integración de discapacitados en Mapfre?

Ha evolucionado poco a poco y no es fácil integrar discapacitados, aunque si te propones que formen parte de la empresa acabas consiguiéndolo. El discapacitado no es alguien distinto, sino alguien más que se integra y forma parte del proyecto común. En esa tarea estamos muy interesados y dentro de la empresa hay un comité específico de discapacidad para que todas las áreas sean capaces de aportar algo a ese proyecto de integración. Lo importante es hacer posible que la gente con otras capacidades, no discapacitados, formen parte de ese proyecto común de las empresas.

Han iniciado su plan de igualdad y el porcentaje de mujeres se ha incrementado en su plantilla, pero todavía han de trabajar para evolucionar esas cifras a niveles directivos ¿es así?

Ahora no hay crecimiento, o uno ligero, pero es verdad que las mujeres ya integran el principal núcleo de trabajadores en Mapfre y en un inmediato futuro ocuparán los puestos de responsabilidad. Para mí, es cuestión de tiempo. Lo importante es tener claro que cuando la mujer aspira a un puesto de importancia hay que ofrecérselo y no discriminarla por su género. Para uno de mis libros entrevisté a 200 mujeres de la compañía y lo primero que decían es que no decidiéramos por ellas. Está claro que en cualquier empresa se tienen que tener en cuenta, porque el talento no puede perderse.

Son una empresa familiarmente responsable. ¿Qué destacaría en cuanto a medidas de conciliación?

Estamos en el camino de hacerlo realidad cada día. Muchas empresas presumen de cosas que realmente no están haciendo. Se trata de ir dando pasos poco a poco para que se haga realidad la igualdad y la conciliación. El nuevo plan supone no sólo posibilidades horarias, sino permisos y vacaciones, horarios de trabajo, ayudas múltiples para la familia que tiene niños pequeños, etc. Estamos más que convencidos de que es un camino fantástico y que se inició hace tiempo con buenos resultados.

Han ido incorporando a su cartera seguros en la línea de ir ofreciendo productos responsables. ¿Seguirá este camino?

Hacemos seguros de bajo coste, aunque se les llaman microseguros. Estamos utilizando muchos de éstos en Latinoamérica con excelentes resultados. Nos parece que es un camino que cualquier empresa responsable debería tener, se dedique a lo que se dedique. Al final, cuando amplías la base de la pirámide, estás creando el escenario posible para que más gente se incorpore al consumo y la riqueza y vaya escalando etapas.

Los productos dependen de las características de cada país. En España, el seguro del automóvil es obligatorio, pero hay países latinoamericanos donde no. Aquí lo normal es tener seguro del hogar, allí depende.

¿Cuáles son los retos en materia medioambiental?

La actividad de Mapfre no es una actividad en la que podamos hacer mucho, pero sí pequeñas cosas como reducir el consumo de agua o papel. Y hacemos todo lo que podemos. Nuestro reto es conseguir la certificación para todos nuestros edificios.

¿Cuál de las acciones que llevan a cabo en materia de RSE destacaría como best practice?

Siempre hemos dicho en esta casa que nuestro comportamiento ético era lo que nos distinguía. Hemos hecho bandera de este comportamiento ético y el cumplimiento de la ley se lleva a rajatabla. Es una casa que, por su origen, creo que tiene una extraordinaria dedicación a la gente. El compromiso con la educación es notable. Aquí recibe formación todo el mundo y no sólo los que están más altos en la pirámide. La empresa debe tener procesos de aprendizaje colectivo lo que permite que en tiempos de crisis la gente esté muy bien preparada y esa capacitación nos ayudará a salir antes de la crisis. Creemos en la necesidad de la formación.

¿Cuál es el presupuesto que mueve la Fundación Mapfre?

En el año 2009, la inversión fue en torno a 40 millones de euros y se destinaron casi en proporción parecida a cualquiera de los cinco institutos que lo forman, como el de cultura o el de acción social. Nuestra presencia en Latinoamérica crece y en España también y además hacemos muchas cosas en seguridad vial, incluido un programa de televisión y los temas relacionados con la seguridad en general también nos preocupan. Unos institutos se compensan con los otros y el conjunto fundacional da idea de ese compromiso social al que yo me refería al principio.

¿Cuál cree que será el futuro de las memorias de responsabilidad?

El futuro pasa por el compromiso y la simplificación. Compromiso porque la memoria es un compromiso público que las empresas hacemos con el conjunto de la sociedad. Es un compromiso público y aquello que digo en la memoria debería poder serme exigido. Las memorias, además, deberían ser menos complejas y más comparables. Los criterios del GRI son notoriamente complejos, hasta el punto de que en las grandes empresas hay varias personas que durante meses se dedican a hacer la memoria de sostenibilidad.

Entre todos deberíamos hacer un esfuerzo porque el público está en su derecho de comparar lo que una empresa hace con otras de su sector de actividad o tamaño.

¿Debería informarse de todos los aspectos que atañen a la RSE, sea cual sea su situación en una compañía determinada?

Una empresa puede haber hecho muchas cosas y en unas haber acertado y en otras haberse equivocado. Pero es necesario rendir cuentas: recordar aquello a lo que me comprometí y si lo he cumplido o no. Y será la propia sociedad la que nos ponga a cada uno en su sitio. El mercado, con la democracia y el libre mercado, ha crecido y aquellas empresas que mientan se darán cuentan de que no pueden continuar en el mercado libre. Será el público quien lo decida. Hay una actividad muy pedagógica que los medios deberían apoyar, pero también hay responsabilidad de las empresas y de los sindicatos y de los grupos de interés.

Usted forma parte del grupo de trabajo sobre Educación del Consejo Estatal de la RSE. ¿Qué destacaría de su aportación?

La profundidad con la que estamos trabajando. Estamos haciendo un repaso al conjunto de la educación en España, desde la primaria hasta las escuelas de negocio. Para ello hemos escuchado a varios interlocutores: ministerio, universidades, escuelas de FP, etc. El Consejo Estatal de RSE es un gran ejemplo a seguir de lo que puede hacerse en materia del futuro de la RSE. Es un organismo único en el mundo que es importante que destaquemos.

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