ENTREVISTA

La crisis ha puesto de manifiesto que en algunas organizaciones la RSC era una exigencia del guión


José Aguilar,

director en Responsabilidad Social Corporativa de Cátedra Nebrija-Santander

José Aguilar 25/05/2013

¿Cuál es la misión de la Cátedra Nebrija-Santander en Responsabilidad Social Corporativa?
Toda cátedra tiene como misión desarrollar conocimiento y difundirlo dentro de su ámbito de actividad. En el caso de la Cátedra Nebrija-Santander en Responsabilidad Social Corporativa se propone crear conocimiento en RSC y difundirlo. Nuestra diferenciación radica en que buscamos dar difusión externa a través de medios especializados, de información general, tertulias radiofónicas… Eso no es una frivolidad, porque llegar con un lenguaje compresible a la actividad real es una parte importante de nuestra misión.

¿Esto significa que la Responsabilidad Social Corporativa continúa siendo la gran desconocida?
Yo diría que es la gran desconocida, pero no a nivel teórico porque se ha trabajado mucho y muy bien sino en la práctica real, es decir en los lugares donde se toman las decisiones. Para mí, la RSC no debe ser un manual que ocupe una estantería, sino que debería ser un foco neuronal muy activo de quienes realmente están decidiendo qué es lo que ocurre con las organizaciones. Ahí es dónde tenemos un déficit muy importante, ese divorcio entre la reflexión teórica y la aplicación práctica.

En este divorcio, ¿qué papel juega la universidad?
Nuestro enfoque en la Cátedra es hablar de Responsabilidad Social Corporativa considerando que la universidad es uno de los actores que más puede hacer en el ámbito de la RSC en un doble sentido: desde la universidad hacia la sociedad y desde la sociedad hacia la universidad.

Y de ahí la importancia de la RSC universitaria…
La universidad está formando a los profesionales del futuro de titulación superior y se da la curiosa circunstancia de que la formación técnica y la formación en RSC no están al mismo nivel. Se produce una cierta asimetría y no podemos pretender que en el ejercicio profesional una persona ponga en práctica unos criterios ajenos a aquello en lo que se han formado. Por lo tanto, hay un aspecto muy importante que es la RSC universitaria y de qué manera aporta a la sociedad no sólo técnicos bien formados sino profesionales capaces de tomar decisiones responsables.

Con líderes tomando decisiones responsables, ¿las cosas serían diferentes?
De hecho, ahora en Estados Unidos hay un debate muy interesante sobre el rol que han jugado las business school en la generación de todos los profesionales que han provocado la crisis. Han hecho un examen de conciencia y se han planteado hasta qué punto somos responsables, por acción o por omisión, de una serie de criterios y pautas profesionales que finalmente han conducido a la situación de crisis que vivimos. Ése es un aspecto muy interesante de la RSC, qué hace la universidad por la sociedad a la que sirve, qué puede esperar la sociedad de sus centros de formación de educación superior y hasta qué punto no estaremos generando un producto que es muy bueno bajo unos aspectos y muy deficiente bajo otros.

¿Y cómo se debería formar en RSC a los futuros profesionales?
Eso no se consigue sólo a base de asignaturas de RSC por dos motivos. Porque si las asignaturas de RSC no son más que un agregado dentro de una formación que en su propia lógica no incluye elementos de RSC no deja de verse como algo postizo, algo puramente cosmético. Por lo tanto, la gran reflexión de las escuelas de negocios, de las universidades y de todos los centros de educación superior es cómo integramos la RSC en las finanzas, en la dirección Comercial… Esto supone un reto muy importante porque obliga que quienes forman sean socialmente responsables.

Y en cuanto a la responsabilidad de la sociedad respecto a la universidad, ¿a qué se refiere?
Cuando una empresa piensa hacia dónde volcar ese retorno que recibe de la sociedad se encuentra con campos inmensos. Hay muchísimas necesidades sociales que pueden ser destinatarias naturales de esa responsabilidad social por parte de las empresas. No es el principal ni el único, pero la universidad no deja de ser un stakeholder importantísimo para las empresas y en este sentido las empresas pueden apoyar a la universidad, no solamente con donaciones económicas o patrocinios, sino a través de muchísimas otras formas pueden influir en la mejora de los centros de educación superior. Eso sería la responsabilidad de la sociedad, y específicamente de las empresas, con la universidad.

¿La empresa percibe esta responsabilidad?
Cada vez más, las empresas se están dando cuenta que se implican más y destinan más recursos a los procesos de sus proveedores de materias primas, que a los procesos de sus proveedores de personas. No tiene sentido que lo más importante que tenemos, que es nuestra gente, nos venga sin que nosotros hayamos intervenido para nada en el proceso mediante el cual esas personas se han formado. Realmente, aquí está el gran divorcio. España es un claro ejemplo de que la universidad nos forma y la empresa nos contrata, pero en medio no hay una solución de continuidad, son dos mundos distintos.

La Cátedra Nebrija-Santander en Responsabilidad Social Corporativa también centra gran parte de su trabajo en el ámbito turístico. ¿Por qué centrar el foco en este sector concreto?
El sector turístico es uno de los pilares de la economía española y aunque puede tener una imagen no del todo responsable desde punto de vista medioambiental y social, debido a que en épocas de desarrollismo extremo se generaron comportamientos y pautas no del todo responsables, eso está cambiando. Ahí estamos analizando y recogiendo buenas prácticas del sector turístico que realmente son muy expresivas de cómo un negocio que quiera ser sostenible desde el punto de vista económico tiene que serlo desde el punto de vista social y ambiental. Esta idea está empezando a calar de una manera poderosa en el sector y estamos bastante esperanzados en que este sector no sea solamente un motor económico de nuestra sociedad sino que también sea una punta de lanza de prácticas socialmente responsables.

¿Cómo cree que está afectando la crisis a la RSC?
Lo bueno de las crisis es que muestran las verdaderas intenciones de las personas, de las organizaciones y de las sociedades, porque en época de crisis no cabe esconderse detrás de las palabras. Bajo mi punto de vista, la crisis ha mostrado cómo la acción social de algunas organizaciones no era muy sólida desde el punto de vista de sus propias convicciones porque la crisis ha supuesto una inmediata reducción de sus presupuestos y de las acciones concretas orientadas al retorno a la sociedad. En otros casos, no. Lo que ha puesto de manifiesto la crisis es que en algunas organizaciones la Responsabilidad Social Corporativa era una exigencia del guión, era algo que se hacía por una presión social, pero que estaba muy poco arraigada en las auténticas convicciones de los propietarios y gestores de esas organizaciones. Aunque también nos hemos llevado sorpresas muy positivas en el sentido contrario. Lo que no cabe duda es que la crisis es financiera, económica, está empezando a ser una crisis social, pero en su origen ha sido una crisis ética. Si realmente la crisis tiene un origen ético, la solución también tiene que ser ética.

¿Qué debe hacer una empresa para ser realmente ética y responsable?
Hay una visión que, aunque está superada, todavía permanece en las mentalidades y es que lo profesional es ganar dinero y lo ético es gastarlo. Entonces si hasta el momento en que gano dinero mis criterios fundamentalmente son profesionales o técnicos y la ética empieza en el momento en que hay excedentes ¿cómo puede una empresa ser socialmente responsable? Cuando lo es no solamente en el modo en el que destina excedentes a necesidades sociales sino cuando la responsabilidad social tiene que ver con el modo en que gana dinero. Ahí está el gran reto de cómo introduzco criterios de responsabilidad en el modo en que una empresa genera esos beneficios. Por lo tanto, una empresa es socialmente responsable cuando lo es en todas y en cada una de sus prácticas, porque no tiene sentido destinar recursos a salvar una especie en vías de extinción cuando mi propia gente no está siendo bien tratada. La responsabilidad social comienza con uno mismo y con las relaciones más próximas.

¿Cuáles cree que son los retos de la RSC en la empresa española
En mi opinión, el reto de la RSC sería dejar de ser un conjunto de organizaciones que introducen cambios de forma reactiva, es decir que son sujetos pasivos de una conciencia colectiva en torno a la RSC, y pasar a ser sujetos activos de la Responsabilidad Social. Es decir, que las empresas de alguna manera sean protagonistas también del proceso de transformación que nuestra sociedad necesita y que hagan las cosas no solamente por obligación sino también por convicción. Eso requiere una nueva generación de gestores empresariales con otra manera de ver las cosas.

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