ENTREVISTA

En un plazo de entre cuatro y ocho años se integrarán el informe económico financiero y el social y medioambiental


Ignasi Carreras,

director del Instituto de Innovación Social de Esade

Ignasi Carreras 25/03/2010

Director del Instituto de Innovación Social de ESADE, Ignasi Carreras es también profesor de Estrategia, Liderazgo y Gestión del cambio en las organizaciones y director de los programas Función Gerencial en las ONG y Liderazgo e Innovación en las Organizaciones de la Sociedad Civil.
Es miembro de la Junta Directiva Internacional de la Global Reporting Initiative (GRI) y de los patronatos de la Fundación Jaume Bofill y la Fundación Cristianismo y Justicia. Participa en el consejo asesor de otras ONG y organizaciones de la sociedad civil. Ha sido director general de Intermón Oxfam (1988-2005), trabajó en la Generalitat de Catalunya y en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) como responsable de diferentes programas relacionados con el ahorro energético. Tiene una larga trayectoria de colaboración como voluntario en diversas ONG, fue fundador del Casal dels Infants del Raval y de la organización Recollim (vinculada a Cáritas).

¿Cuál es su valoración acerca de la introducción de la RSE en las empresas españolas?

En la década del 2000 la RSE ha pasado de ser algo minoritario a estar más presente en las empresas. Las compañías españolas llegaron a la RSE más tarde pero pusieron el acelerador. Tienen un acercamiento positivo, no la entienden como gestión del riesgo, sino como una RSE incorporada a los valores, a la estrategia y que inunda toda la empresa. Quizás en el caso de España esas empresas no son la mayoría. En otros países el número de empresas es mayor y en nuestro país aún no ha llegado a las pymes de forma sistemática.

El gran catalizador de la RSE, en el caso de las empresas españolas, ha sido América Latina. En muchos casos, las empresas españolas que se instalaron allí se encontraron con dificultades de imagen puesto que lo hicieron en un momento de privatización de servicios que a menudo llevaba aparejado un incremento en el precio. Eso provocó que para ganarse la licencia de operar, dichas empresas incorporasen con más fuerza los temas de RSE. Como se trataba de empresas líderes en diferentes sectores se generó un efecto bola de nieve que ha hecho avanzar esa visión empresarial.

En las pymes la RSE ha avanzado más en la medida de su voluntad de liderazgo, de comprometerse con la sociedad. Otras pymes han visto que si no estaban alineadas con otras empresas mayores, que son sus clientes, podían quedarse descartadas en el mercado.

España es el país con más memorias certificadas por el GRI ¿a qué responde?

El certificado del GRI se obtiene a través de un sistema de autoevaluación, y aquí entra un aspecto cultural: las empresas con cultura más anglosajona cuando hacen autoevaluación son más restrictivas, nunca ponen nada de lo que no estén seguros que van a cumplir, y la cultura más latina es más expansiva, incluso podríamos decir que menos rigurosa. Seguramente porque en la cultura anglosajona los compromisos incumplidos son perseguidos incluso judicialmente. Desde el punto de vista cultural, un cuestionario de autoevaluación tiende a obtener más respuestas en las culturas latinas. Aún así, yo diría que las empresas españolas no están por detrás de otros países en materia de RSE.


REGULACIÓN DEL CONTENIDO DE LAS MEMORIAS DE SOSTENIBILIDAD

¿Qué opina acerca de si debería regularse el contenido de las memorias de sostenibilidad?

Lo que están haciendo algunos países punteros, como Francia, Dinamarca o Suecia, es plantear la política de “report or explain” (reporta o explica). En el caso de Francia todas las empresas cotizadas tienen que tener memoria, las 1.100 mayores en Dinamarca “report or explain”, y en Suecia reportan todas las empresas públicas. Creo que ésta es una política adecuada y que se va a ir a una mayor regulación. La crisis económica y financiera ha trasladado las grandes dificultades que hay desde el punto de vista de la transparencia de las empresas, del Buen Gobierno y de la gestión del riesgo. Tres aspectos, no sólo de la RSE, y sobre ellos va a haber cada vez más regulación.

Va a coincidir con una mayor exigencia a las empresas de que informen de sus impactos. Si la pregunta es hacia dónde se va a ir, creo que dentro de entre cuatro y ocho años se va a ir hacia una integración del reporting económicofinanciero y del social y medioambiental, hacia un único reporting y auditado.

¿Cómo fruto de una legislación progresista?

No tanto por una regulación progresista, como porque quienes han promovido las memorias de sostenibilidad van a querer equiparar su importancia a la de los informes económicofinancieros y sobre todo a sus sistemas de auditoría y certificación. Es una dimensión totalmente diferente, pero creo que se está yendo hacia ello y en el GRI estamos empezando a hablar de ello. Los indicadores sociales y medioambientales tendrán, a la larga, la misma fortaleza que los económico-financieros. Llegará un momento en que algunos riesgos para el cambio climático lleguen a ser tan importantes para los inversores como otros indicadores.


CONSEJOS PARA LAS EMPRESAS QUE SE INICIAN EN LA RSE

¿Qué aconsejaría a las empresas que quieren iniciarse en la RSE?

Suelen existir buenas experiencias en todos los sectores, por lo que mirarse en el espejo de los líderes de su actividad, de tamaño y complejidad similares, creo que es un buen consejo. Después deben analizar por qué quieren avanzar, si es por un compromiso con la sociedad, o porque pueden ligar una serie de beneficios para la empresa, si quieren hacer un movimiento más puntual o más estratégico… Si es relevante deberían evaluar lo que es más crucial de la RSE para su empresa. Para algunas es lo que tiene que ver con cambio climático, para otras, la relación con la comunidad, o que lo es para la empresa a la que suministran. Entonces, empezar a construir y a partir de ahí hacer un plan de actuación. Pueden aprender mucho de otros y en los temas de RSE se comparten mucho las experiencias.

¿Puede ser considerada responsable una empresa con bests practices en RSE, pero con un ERE importante de su plantilla?

La responsabilidad social de una empresa no exige que ésta cambie su misión, no la convierte en ONG. Lo que plantea la responsabilidad social de las empresas es, sobre todo, cómo deben actuar y cómo los valores que emanan de la RSE impregnan diferentes decisiones de las organizaciones. Una empresa puede ser responsable haciendo un ERE, siempre y cuando el ERE no sea una excusa para otras cosas, sino que realmente sea inexcusable.

La RSE busca evitar un tipo de prácticas que ha generado la crisis actual, y, por otro lado, si las empresas quieren sobrevivir y crecer es tan importante qué hacen como cómo lo hacen. Cómo ha llegado al ERE, si ha sido transparente, si se han estudiado alternativas, qué tipo de comunicación y trato humano se han dado… Pero no existen valores absolutos. Un ERE puede ser compatible con la responsabilidad social, pero no según qué tipo de ERE.


ACTUALES RETOS DE LAS ONG

Cuando ya se ha asumido un cierto nivel de profesionalización en la gestión de las ONG ¿cuáles son hoy en día los retos de estas organizaciones?

Las ONG han avanzado sustancialmente en temas de gestión. Tienen una gestión mucho más eficiente. También es verdad que les han afectado los escándalos de algunas ONG importantes y ha llevado a unas exigencias mayores en rendición de cuentas y transparencia y en esto han hecho un paso adelante.

En un segundo aspecto no sería tan optimista, creo que las ONG han avanzado mucho más en su gestión que en la capacidad de sus órganos de gobierno, que no han madurado suficientemente. El contexto mundial se ha hecho mucho más complejo. Les ha afectado la crisis y están sumidas en el cambio climático. Desde los 60 no había 1.020 millones de personas pasando hambre en el mundo debido al incremento del precio de los alimentos, a los biocombustibles, a políticas erráticas de algunos países, que han sustituido cosechas de alimentos por productos. Esto les exige el reto de trabajar muy bien en alianzas con otras ONG y con las empresas.

El tercer reto es el de liderazgo. No es suficiente con tener ONG bien gestionadas, sino que es necesario que sepan orientar a mucha gente, que sepan visionar los grandes retos de futuro. En el tema de la colaboración entre ONG y empresas creo que hay muchos clichés, son grandes desconocidas las unas para las otras. Pero también creo que en los últimos años ha habido una evolución, más reconocimiento por parte de algunas ONG de que algunas empresas apuestan por la RSE.

¿Cuál debería ser el perfil ideal de la figura del director de RSE?

Son profesionales que merecen nuestro respeto y reconocimiento porque son personas muy valiosas que, a menudo, tienen que remar contra corriente, liderar no desde el poder sino desde la seducción, que tienen que trabajar desde la transversalidad. Son gente muy convencida y muy motivada. Creo que son innovadores sociales, están transformando las empresas de forma que generen valor económico de manera compatible con generar valor social y medioambiental. Y dada la trascendencia del cambio climático, la posición de estos profesionales va a tomar relevancia.

Su rol principal es el de actuar de punta de lanza de la compañía en una serie de temas para que la RSE sea asumida como catalizador transversal para que sean operativos, un rol que no requiere tener mucha gente, pero sí mucha capacidad de interrelación, para liderar equipos multidepartamentales. Además, hasta ahora estos responsables han estado muy ocupados haciendo reporting, para estar en los índices, para elaborar las memorias… y esa función deben poder delegarla para poder dedicarse a liderar el cambio.

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