ENTREVISTA

No se trata de cambiar coches, sino de cambiar actitudes


Jaime Román y Pablo Frías,

codirectores del Observatorio del Vehículo Eléctrico y Movilidad Sostenible de Universidad Pontificia Comillas

Jaime Román y Pablo Frías 24/01/2018

El Observatorio del Vehículo Eléctrico y Movilidad Sostenible de la Universidad Pontificia Comillas tiene la misión de ofrecer información acerca del desarrollo del Vehículo Eléctrico desde un punto de vista multidisciplinar. Es por ello que forman parte de este proyecto especialistas e investigadores de diversos ámbitos dentro de la universidad: tecnología, economía y regulación, sociología, urbanismo y calidad del aire.

 

¿Qué es el Observatorio del Vehículo Eléctrico y Movilidad Sostenible?

Jaime Román. El Observatorio es una iniciativa de la Universidad Comillas que nace ante una demanda social acerca de cómo transformar la movilidad. Decidimos que la solución era articular un proyecto transversal que diera respuesta a las distintas preguntas que provoca el cambio de modelo de movilidad, porque la movilidad sostenible no solo es un tema de tecnología, sino que también afecta a la regulación, a la legislación, a los impuestos… Por otro lado, internamente el Observatorio es un proyecto muy interesante para poder trabajar conjuntamente personas con diverso background en derecho, en economía, en ingeniería… y sacar respuestas conjuntas, no simplemente parciales.

Pablo Frías. Por un lado, vemos que hay una necesidad de crear un think tank y, por otro, existe una necesidad de ofrecer datos rigurosos y fiables y que la solución al gran reto de cómo cambiar de manera eficiente el modelo de movilidad necesita una respuesta transversal. Es decir, que no va a estar solo en que haya unos ingenieros que se dediquen a diseñar baterías y vehículos autónomos, sino que detrás hay temas impositivos, de cómo se diseñan los seguros, etc. que son necesarios.

 

¿Cuáles consideran que son las principales barreras a la movilidad sostenible en España?

Pablo Frías. Un reto muy importante es la movilización desde las instituciones públicas. La movilidad sostenible afecta a muchos ministerios, no solo al de Medio Ambiente, sino también al de Interior, Industria, Sanidad… hay muchos departamentos del Gobierno que están involucrados. La primera labor importante es coordinar todas esas acciones y a día de hoy no se está haciendo de una forma eficaz. Además, si lo trasladamos a nivel de Comunidad Autónoma o de ayuntamientos, nos encontramos con la misma situación. Tenemos diferentes áreas que se encargan de un mismo tema y no tienen coordinación entre ellas.

Por ello hay un primer eslabón muy importante que es que exista una concienciación desde el punto de vista de las administraciones públicas de que esto es una necesidad y que supone una coordinación interna muy importante. Pero, además de esta falta de coordinación horizontal a nivel de organismos públicos, también falta una coordinación vertical. Es decir, que los mandatos de la Comisión Europea se trasladen directamente a los gobiernos y, a partir de ahí, vayan calando a todas las administraciones públicas.

Jaime Román. También añadiría la educación o el cambio de mentalidad de la gente. Cuando vemos noticias en los periódicos de que Barcelona va a prohibir los coches en el centro en el año 2020 o que en Madrid va a haber restricciones los ciudadanos las interpretan como imposiciones en contra de su forma de vida. Hay un tema de educación y de formación que el Observatorio intenta mejorar publicando datos objetivos para que la gente entienda que prohibir la circulación de coches contaminantes por el centro de las ciudades es beneficioso para todos y, aunque nos fastidie un poco a los que tenemos coche, supone una mejora sustancial.

 

La Comisión Europea obligará a los fabricantes a reducir las emisiones de los vehículos en un 15% en 2020 y en un 30% en 2030. ¿Está la industria preparada para asumir este reto?

Jaime Román. La industria está preparada para afrontar estos retos y, de hecho, los motores de combustión interna que está desarrollando van a ser capaces de cumplir con estos objetivos de reducción. La cuestión es si estas medidas son suficientes o necesitamos ir más lejos en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

 

¿Consideran que hay que ir más allá?

Jaime Román. Yo creo que sí, aunque todo esto siempre tiene un coste. Las cosas no son gratis y la gente no va a cambiar el coche por uno que contamine menos hasta que agote su vida útil o cuando las ciudades deciden transformar su modelo de movilidad deben apostar por más transporte público o sustituir sus autobuses por otros menos contaminantes. Existen medidas, pero cuando los recursos son limitados hay que decidir dónde se destinan.

Pablo Frías. Hay que hacer el cambio de forma que sea socialmente aceptable y no se vea como una imposición y, por otro lado, que permita al sector automovilístico reconvertirse y adaptarse. No podemos hacer una gran transición y llevarnos por delante a toda la industria de la automoción. Hay que ser inteligentes y movilizar a la industria en ese sentido.

Jaime Román. No se trata de sustituir los 30 millones de vehículos que hay en el parque móvil español por 30 millones de vehículos eléctricos. Una de las palancas del cambio de la movilidad es que haya menos coches, pero el Gobierno no va a tomar medidas que provoquen un incremento del paro en el sector de la automoción. Estamos hablando de una foto muy complicada desde un punto de vista económico y social, por eso insistimos en esta transversalidad. Por no hablar de todos los impuestos que el Estado recauda a través del consumo de combustibles.

 

Se trata de un cambio de paradigma…

Jaime Román. Completamente. Estamos asistiendo a transformaciones radicales en muchas industrias, como en el caso de la banca, y el sector de la automoción va a protagonizar la misma transformación. Esta es nuestra visión.

 

Una de las grandes críticas es la falta de ayudas públicas para la compra de vehículos eléctricos.¿Cuál es su opinión?

Jaime Román. El Gobierno tiene que cumplir con cierta estética, pero claro el MOVALT, que tiene una dotación de 20 millones de euros para cubrir el cambio de coche y la mejora de infraestructuras de recarga, es un incentivo absolutamente insuficiente. Ahora, ¿es dinero lo que se necesita para cambiar el paradigma o hay otro tipo de cosas? Obviamente las ayudas económicas y los incentivos fiscales son necesarios, pero también es necesario diseñar un plan de transformación porque afecta a temas económicos y de empleo que no se pueden ignorar.

 

¿Cuáles son los principales frenos del ciudadano para apostar por la movilidad eléctrica?

Pablo Frías. Es necesario que los ciudadanos tengan información rigurosa y contrastable que le permita tomar una decisión personal.

Jaime Román. Es cierto que los vehículos eléctricos son más caros que los coches de combustión interna y que las infraestructuras de recarga en España están muy atrasadas. Estos temas existen, pero centrarnos en ellos es abordar solo una parte del problema. A parte de los aspectos impositivos o de desarrollo de negocio del propio sector, es necesario un cambio de paradigma que no significa cambiar el coche de fuel por uno eléctrico, sino cómo me muevo en la ciudad o fuera de la ciudad.

Pablo Frías. En Madrid hemos tenido varios modelos de negocio exitosos como Car2Go o Emov que han demostrado que el cambio de paradigma es mucho más complejo y sorprendente de lo que la gente pensaba. No se trata de cambiar coches, sino de cambiar actitudes.

Jaime Román. Estamos viendo claros ejemplos de cambio de transporte público, bicicletas o coches de alquiler, de carsharing… Los parámetros que van a ser relevantes desde un punto de vista de demanda de movilidad van ser los km/persona que hay que hacer cada día, el tema de cuántos vehículos eléctricos  hay es relevante para la industria.

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