Si bien Oxfam asegura que "respeta la independencia" de sus embajadores, matiza que "las empresas que operan desde asentamientos israelíes agravan la pobreza y las violaciones de los derechos de las comunidades palestinas" a las que la organización apoya a través de sus proyectos. De este modo la ONG "se opone a cualquier actividad comercial que provenga de estos asentamientos, ilegales conforme al Derecho Internacional", ha detallado. "Hemos expresado nuestras preocupaciones a la señora Johansson y hemos entablado un diálogo para debatir estas cuestiones tan importantes", ha remachado.
Por su parte, la actriz Scarlett Johansson ha respondido a las críticas, a través de un comunicado en el Huffington Post, alegando que ella "nunca tuvo la intención de ser la cara de cualquier movimiento social o político, distinción, separación o postura".
"SodaStream es una empresa que está comprometida no sólo al medio ambiente sino a la construcción de un puente para la paz entre Israel y Palestina, apoyar a los vecinos a trabajar uno al lado del otro, recibir igual salario, igualdad de beneficios y la igualdad de derechos. Eso es lo que está sucediendo en su fábrica de trabajo, Ma'ale Adumim, todos los días", afirma Johansson.
"Apoyo el producto SodaStream y estoy orgullosa del trabajo que he logrado como Embajadora de Oxfam desde hace más de ocho años. A pesar de que es un efecto secundario de representar Sodastream, estoy feliz de se esté derramando luz sobre esta cuestión y espero que un mayor número de voces contribuirá a la conversación de una solución pacífica de los dos estados en el futuro cercano", añade la actriz.