Actualmente, según un reciente análisis de PwC, un 70% de la financiación de las ONG proviene de recursos públicos, cifra que da cuenta de la excesiva dependencia que tienen estas organizaciones de una Administración que no atraviesa su momento de esplendor.
Si a esto añadimos la reciente conversión de las Cajas de Ahorros en bancos, lo que supone la caída en picado de los recursos económicos invertidos por las Obras sociales, podemos suponer que las ONG y entidades sin ánimo de lucro se están viendo obligadas a realizar esfuerzos para captar donaciones del sector privado y de los particulares.
Sin embargo, las economías domésticas tampoco atraviesan su mejor momento. Así, los hogares con todos sus miembros en paro ya rozan los 2 millones (1.807.700), una cifra que no ha dejado de crecer en los últimos años. Del mismo modo, el desempleo estructural o de larga duración parece ser, cada vez más, una realidad asentada en nuestra sociedad.
Como se aprecia en el siguiente gráfico, actualmente existen 3.456.400 parados de larga duración, frente a los 3.034.200 de 2012 (incremento del 13,9%) y los 535.900 de 2008 (incremento del 466%). Así, el número de parados estructurales se ha multiplicado por 6 en el último lustro.
La solidaridad gana la batalla a la crisis
A la luz de los datos analizados en el epígrafe anterior, podría resultar lógico que las donaciones de particulares caigan en picado. Sin embargo, los resultados de este informe arrojan resultados esperanzadores: un 90% de los colaboradores de las ONG mantendrá su colaboración durante 2014, cifra superior a la registrada el año pasado, cuando alcanzó el 82%.
En otras palabras, sólo un 8% de los ciudadanos prevé tener que reducir o finalizar su colaboración con ONG en 2014 a causa de la crisis, frente al 13% que así lo afirmó en 2013. Dentro de este 8%, también resulta positivo que sólo un 2% finalizará por completo su colaboración (frente al 8% del año pasado) y un 6% la reducirá.
Sin embargo, el 2% de socios que desaparecerán, se verá compensado por otro 2% que afirma que aumentará su colaboración. Este porcentaje es el único que ha registrado una caída negativa, de 3 puntos porcentuales (un 2% frente al 5% del pasado año).Estos resultados rompen la tendencia negativa que empezamos a registrar en 2011, dibujando, por primera vez desde la crisis, un panorama alentador para las entidades no lucrativas de nuestro país.
En este punto, merece la pena detenerse en un importante reto al que se enfrentan las ONG en medio de la crisis: la captación de nuevos socios. En otras palabras, tal como se desprende del Estudio sobre el Presente y Futuro del Tercer Sector en Entorno de Crisis, realizado por PwC, ESADE y la Obra Social La Caixa, las bajas de socios se están manteniendo, pero asistimos a una caída en las altas de nuevos socios.
Un 25% de los colaboradores está desempleado
Según el informe La colaboración de los españoles con las ONG y el perfil del donante, realizado por la Asociación Española de Fundraising, En España existen actualmente 7,5 millones de donantes (7.500.765), que suponen un 19,4% de la población.
Los datos de la presente encuesta arrojan, nuevamente, un resultado positivo: el desempleo no parece ser un factor determinante para colaborar con una ONGs. De hecho, un 25% de los socios o colaboradores habituales de ONG, se encuentra en paro. Este porcentaje es similar al ratio de desempleo registrado a nivel estatal (25,9%). En otras palabras, la situación laboral del colaborador es similar a la del ciudadano y no parece ser un aspecto clave que frene la colaboración.
Redes sociales sí, Fundraising no
Las redes sociales se han convertido en un canal esencial en el que los ciudadanos se informan, opinan y se comunican con los demás.
Prueba de ello es que un 27,3% de los encuestados escoge Twitter, Facebook o Linkedin para informarse sobre la actividad de una entidad sin ánimo de lucro. Esta cifra posiciona a las redes sociales como el canal de información favorito para los ciudadanos que desean obtener información sobre una ONG.
La segunda alternativa es la página web, que es el cauce que utiliza un 24,2% de los encuestados. Por detrás se sitúan las ferias, encuentros y jornadas, en los que las ONG hacen pública su actividad social (23,2%). De lejos sigue la revista corporativa de la entidad (10,1%) y, una posición por detrás, los medios de comunicación, que sólo son elegidos por un 7,6% de los encuestados.
El correo postal ocupa la antepenúltima posición, empatado con “otros canales” (ambos con un 3%).
Por último, la opción menos valorada es el fundraising y las cuestaciones, es decir, acciones de afiliación y recaudación por la calle. Sólo un 1,5% de los ciudadanos escoge esta vía como canal prioritario de información, frente a un 98,5% que la descarta.
En este punto, la presente encuesta ha querido profundizar un poco más en la práctica del Fundraising, realizando a los encuestados la siguiente pregunta: ¿Cómo reacciona cuando se le acerca un representante de una ONG? Es significativo que casi la mitad (48,9%) afirma no sentirse cómodo ante estas situaciones. La mitad de los que así opinan alega considerarlo “una invasión a su intimidad”. El otro 50% destaca otros motivos como la “desconfianza” o la “falta de tiempo”.
El año pasado asistimos a un resultado sin precedentes: nuestro país se convertía en el lugar preferido para colaborar, por delante de África. Hay que recordar que este continente ha sido, históricamente, el que ha despertado siempre una mayor sensibilización.
En esta ocasión, la situación se repite: España vuelve a desbancar a África: un 29,5% escoge nuestro país frente al 24,4% que sigue prefiriendo colaborar con el Tercer Mundo en países africanos. Por detrás de África se sitúa Sudamérica (24,4%), seguida de Centroamérica (11,5%) y de Asia (10,3%).
Y a pesar de que Europa está más cercana en el espacio, sólo un 5,1% de los encuestados antepone las causas europeas a su colaboración. Por último, Oceanía (2,6%) y América del Norte (1,3%) son los lugares que los españoles somos menos proclives a colaborar, al percibirlos como más lejanos.
Como se aprecia en el gráfico, los grupos que han obtenido una mayor valoración (4 ó 5) han sido la infancia y la juventud y las personas con discapacidad (un 88% ha escogido las opciones 4 ó 5). Llama la atención que el grupo de desempleados se sitúa en tercer lugar, con una valoración del 85%, por delante de otros problemas que tradicionalmente han preocupado mucho a los ciudadanos, como la violencia de género (82%) o las personas mayores (79%). Todo un reflejo de la creciente preocupación de los españoles por la crisis y el saldo de parados que ha dejado a su paso.
En el otro lado, los grupos que menos interés despiertan a los encuestados, son los reclusos y ex reclusos (35%), drogodependientes (45%) y prostitutas (50%).
Transparencia e independencia
Otro de los efectos que la crisis ha tenido sobre los ciudadanos, ha sido el aumento de sus exigencias a la hora de colaborar con una ONG. No sobran los recursos, y por tanto, los colaboradores seleccionan muy bien la entidad a la que ayudarán.
Según los datos de esta encuesta, las características más valoradas de una entidad sin ánimo de lucro son su transparencia (30,2%), seguida de la independencia (19,8%) y la humanidad (18,8%).
De estos datos se concluye que los ciudadanos buscan colaborar con una entidad que les inspire confianza y que les informe abiertamente del destino de su aportación económica. Además, los encuestados abogan por una organización libre de influencias, que no apoye ninguna orientación política.
